sábado, agosto 10, 2024

"Dichoso el que se apiada y presta"...Salmo 112.

REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY

Sábado 10 de Agosto del 2024

INTRODUCCION:

Jesús nos vuelve a insistir en la entrega de nuestra vida si de verdad deseamos seguirle. Hoy nos recuerda que la única manera que podamos dar frutos es caer en la tierra, es morir enterrado en la tierra. Y estas palabras de Jesús nos pueden parecer extrañas a primera vista. El que gana pierde y el que pierde gana. El va más allá. Nos asegura que aquel que le sirve, es decir, el que vive y acepta su persona y todas sus palabras e indicaciones, gozará de una profunda intimidad con él. “Donde yo esté allí estará mi servidor” y será honrado  por el Padre. El nos ofrece un nuevo mundo, una esperanza nueva y lo ha hecho como la semilla: se ha hecho pequeño, como un grano de trigo. Jesús ha transformado nuestro pecado en perdón, nuestra muerte en resurrección, nuestro miedo en confianza. Es por esto porque allí, en la cruz, ha nacido y renace siempre nuestra esperanza.

En el Evangelio de hoy tomado de Jn 12, 24-26, Jesús deja entrever que su muerte lejos de ser un fracaso será para darle fecundidad a la vida e invita a quienes se decidan a seguirle a vivir de acuerdo a ese principio: Para dar vida es necesario morir.

Él les dice a sus discípulos: "Les aseguro que si el grano de trigo que cae en la tierra no muere, queda solo; pero si muere, da mucho fruto. El que tiene apego a su vida la perderá; y el que no está apegado a su vida en este mundo, la conservará para la Vida eterna". Jn 12, 24-26.

Jesús es claridoso con sus discípulos y con esas palabras les da a entender que no es posible ayudar a vivir si uno no está dispuesto a desvivirse por los demás.  Aquí, no cabe el propio bienestar, puesto que quien trabaja seriamente por el Reino de Dios y su justicia debe estar siempre dispuesto a asumir todos los riesgos y rechazos que ha bien se hagan tal como los sufrió Jesús. 

Hay que tener toda la precaución posible frente a lo que se vive en el mundo, pues la cultura del bienestar nos impulsa a que vivamos de manera cómoda y placentera.

Este Evangelio hermanos nos invita a abrir los ojos y a estar atentos a los problemas de los demás, de los que se encuentran oprimidos y afligidos por las injusticias imperantes de nuestra sociedad. 

Señor, ayúdanos a servirte siempre y en todo. A saber vivir sostenido por tu amor. A estar siempre dispuestos a dejarnos cernir por ti y así, tener una absoluta confianza en tu Providencia. Que mantengamos un amor apasionado y siempre abrazado a tu cruz. Danos el don de la generosidad para pasar nuestras vidas al servicio de los demás.

 
posted by Laureano García Muentes at 5:25 a.m. | Permalink |


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