domingo, agosto 11, 2024

"Gusten y vean que bueno es el Señor"...Salmo 34.

REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY

Domingo 11 de Agosto del 2024

INTRODUCCION:

Yo soy el pan vivo bajado del cielo. El que coma de este pan vivirá eternamente, y el pan que yo daré es mi carne para la Vida del mundo”. En la profundidad de estas bellas palabras, el Señor nos llama a no murmurar delante de las cosas que no comprendemos y a dejarnos conquistar por la lógica divina de la fe, que nos invita a admirarnos ante el gran sacramento de la Eucaristía. Vemos en el Texto del Evangelio que Jesús aprovecha para explicar que lo importante no es el alimento que fortalece la vida terrenal sino el pan bajado del cielo que sirve para la vida eterna. Es más, Jesús se identifica misteriosamente con ese pan de vida, afirmación que no dejó indiferentes a los que escuchaban. Quizá muchos pensaron que era absurda e irreverente. Es bonito observar cómo Jesús es cada vez más explícito en identificarse a Sí mismo como ese pan, que da la Vida eterna. 

En el Evangelio de hoy tomado de Jn 6, 41-51, Jesús les hace ver a los discipulos y a la gente que Dios realizará en los corazones de los hombres una acción instructiva para motivarlos hacia sus fines: La Salvación y el disfrute de la Vida Eterna. 

Y les dice: "Nadie puede ver a Dios si no es atraído por Él". "El que cree tendrá vida eterna". Así lo narra el texto del Evangelio de hoy: "Los judíos murmuraban de Jesús, porque había dicho: “Yo soy el pan de Vida. Sus padres, en el desierto, comieron el maná y murieron. Pero este es el pan que desciende del cielo, para que aquel que lo coma no muera. Yo soy el pan vivo bajado del cielo. El que coma de este pan vivirá eternamente, y el pan que Yo daré es mi carne para la Vida del mundo”. Jn 6, 48-51.

Leemos en el texto del Evangelio que los judíos rechazaron esas palabras de Jesús: "Yo soy el Pan que ha bajado del cielo" y lo hacen porque consideran que el único pan que Dios les ha dado son los Mandamientos que le fueron entregados a Moisés y con ellos, están seguros de su salvación. Ellos no aceptan que un hombre como ellos, hijos de un carpintero y de una mujer sencilla y humilde está por encima de esa Ley.

Ellos no entendieron que ese Dios encarnado es un hombre tan humano cercano a todos, cordial y con un gran corazón. Qué Él, vino al mundo nuestro para sacarnos de la mediocridad que vivimos alimentándonos con su Espíritu de creatividad la fe de muchos hombres y mujeres que se dispongan a dejar todo para seguirle. 

Hermanos, Jesús es muy claro cuando nos afirma que " Quien crea en Él tendrá vida eterna y el que coma de este pan vivirá para siempre". Entonces, quien cree en Él  asume como propia su vida, su manera de ser y pensar. 

No podemos estar pensando que la vida eterna es la que se logra después de la muerte física. No, es aquella que obtenemos de manera definitiva al entrar a participar en la vida de Dios haciendo su voluntad. Es ésta la que nos ofrece y promete Jesús. 

Señor, danos la fe para saber reconocerte que estas presente en la Sagrada Eucaristía. No permitas que sintamos miedo en el silencio y el sosiego. Haz que optemos siempre por el camino del camino que señala tu Palabra para reconocerte y adorarte siempre.

 
posted by Laureano García Muentes at 5:56 a.m. | Permalink |


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