" La misericordia del Señor llena la tierra"...Salmo 33

REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY

Viernes 30 de Agosto del 2024

Está Parábola así la narra el texto del Evangelio: "El Reino de los Cielos será semejante a diez vírgenes, que, con su lámpara en la mano, salieron al encuentro del novio. Cinco de ellas eran necias, y cinco prudentes. Las necias, en efecto, al tomar sus lámparas, no se proveyeron de aceite; las prudentes, en cambio, junto con sus lámparas tomaron aceite en las alcuzas. Como el novio tardara, se adormilaron todas y se durmieron. Mas a media noche se oyó un grito: “¡Ya está aquí el novio! ¡Salgan a su encuentro!” Entonces todas aquellas vírgenes se levantaron y arreglaron sus lámparas. Y las necias dijeron a las prudentes: “Denos de su aceite, que nuestras lámparas se apagan.” Pero las prudentes replicaron: “No, no sea que no alcance para nosotras y para ustedes; es mejor que vayan donde los vendedores y se lo compren” Mientras iban a comprarlo, llegó el novio, y las que estaban preparadas entraron con él al banquete de boda, y se cerró la puerta. Más tarde llegaron las otras vírgenes diciendo: “¡Señor, señor, ábrenos!” Pero él respondió: “En verdad les digo que no las conozco.” Velen, pues, porque no saben ni el día ni la hora". Mt 25, 1-13.

Como lo leemos en el texto del Evangelio, de las diez, cinco eran descuidadas y las otras, eran prudentes. Las cinco  descuidadas no tomaron precauciones para llevar sus lámparas llenas de aceite y tuvieron dificultades para acompañar el cortejo.

¿Qué nos quiere decir hoy Jesús con esta Parábola? Él nos insiste a estar siempre vigilantes a la llegada de Señor, porque no sabemos el día ni la hora que Él llegará

Hermanos, las cinco jóvenes descuidadas representan a esas comunidades de fieles que carecen de una entrega auténtica y no están preparadas como aquellas otras precavidas que viven su vida de tal manera que con su entrega incondicional dan luz a los demás porque han hecho del Evangelio parte de su vida.

Todos estamos invitados a la fiesta del casamiento y con tiempo debemos prepararnos si queremos disfrutar de esos momentos. Si tú y yo no lo hacemos de manera adecuada le estaremos demostrando al dueño de la boda que tenemos poco afecto con él y que somos indiferentes a ese acontecimiento. Por lo tanto hermanos, no despreciemos esta invitación y estemos siempre en actitud vigilante para asistir a la boda de manera adecuada y con el lleno de los requisitos que se nos exigen. 

Dichosos quienes mantienen sus lámparas encendidas y las comparten y llevan bien altas para que alumbren y guíen a quienes andan a ras de tierra sin ellas, perdidos entre laberintos, heridas y quejas. Dichosos quienes permanecen en vela, con el espíritu en ascuas y el cuerpo en forma, y están siempre despiertos y atentos para quien llega a medianoche, de madrugada o cuando el sol calienta.