martes, agosto 27, 2024

"Llega el Señor a regir la tierra"...Salmo 96.

REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY

Martes 27 de Agosto del 2024

El Evangelio de hoy tomado Mt 23, 23-26 es una continuación del Evangelio de ayer; y en este, Jesús sigue pronunciándose contra los líderes religiosos de su época y se lamenta porque han cambiado el espíritu de la ley que Dios entregó a Moisés, quedando así, como guías ciegos del pueblo. 

Jesús censurando la hipocresía, les dice: "¡Ay de ustedes, escribas y fariseos hipócritas, que pagan el diezmo de la menta, del hinojo y del comino, y descuidan lo esencial de la Ley: la justicia, la misericordia y la fidelidad! Hay que practicar esto, sin descuidar aquello. ¡Guías ciegos, que filtran el mosquito y se tragan el camello!. ¡Ay de ustedes, escribas y fariseos hipócritas, que limpian por fuera la copa y el plato, mientras que por dentro están llenos de codicia y desenfreno! ¡Fariseo ciego! Limpia primero la copa por dentro, y así también quedará limpia por fuera". Mt 23, 23-26.

Jesús  recrimina a los líderes religiosos de los Escribas y Fariseos porque hacen que el pueblo pague el diezmo por las cosas mínimas descuidando lo esencial.

Y miren: Jesús está de acuerdo con la observancia de la ley pero va en contra del legalismo. Él critica y condena la falta de veracidad y de honestidad moral.

Su posición es para nosotros hoy una gran enseñanza: No callar ni silenciar aspectos importantes de la voluntad de Dios como son la justicia, la misericordia y la fe, es decir: Ser fieles a la Palabra de Dios, a su voluntad, a sus planes

Preguntémonos: ¿Cuántas veces actuamos como estos líderes religiosos en nuestras familias, en los grupos de amigos cuando convertimos nuestra fe en leyes que queremos que cumplas los demás? No podemos olvidar que es el Amor lo que da sentido a nuestra vida, sin él, no somos nada.

Señor, tu nos invitas a limpiar nuestro  interior, a sanar nuestras heridas, a dejar a tus pies nuestras angustias, temores, dudas, tristezas, desaliento; a decirte que quites toda venda de nuestros ojos que nos impide aceptar nuestras fallas e imperfecciones; ayúdanos a tener ese encuentro personal contigo en el que podamos descubrirnos nosotros mismos y dejar que sea Jesús quien moldee nuestro corazón, sane nuestras heridas, corrija nuestros errores y guíe nuestros pasos al corazón de Dios.

 
posted by Laureano García Muentes at 5:04 a.m. | Permalink |


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