lunes, septiembre 02, 2024

"Cuánto amo tu voluntad,  Señor"...Salmo 119

REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY

Lunes 2 de Septiembre del 2024

El Evangelio de hoy tomado de Lc 4, 16-30 nos habla de la visita que realizó Jesús a Nazaret un día sábado a su tierra natal y estando en la sinagoga se levantó para hacer una lectura y presentó su programa de trabajo a la gente que se encontraba en ella. 

Así, nos lo narra el texto del Evangelio: " Estando Jesús en la sinagoga, le entregaron el volumen del profeta Isaías, desenrolló el volumen y halló el pasaje donde estaba escrito: "El Espíritu del Señor sobre mí, porque me ha ungido para anunciar a los pobres la Buena Nueva, me ha enviado a proclamar la liberación a los cautivos y la vista a los ciegos, para dar la libertad a los oprimidos y proclamar un año de gracia del Señor".

Enrolló el volumen, lo devolvió al ministro y se sentó. En la sinagoga todos los ojos estaban fijos en él. Comenzó, pues, a decirles: "Esta Escritura que acabáis de oír se ha cumplido hoy". Y todos daban testimonio de él y estaban admirados de las palabras llenas de gracia que salían de su boca. Y decían: "¿Acaso no es éste el hijo de José?" Él les dijo: "Seguramente me vais a decir el refrán: Médico, cúrate a ti mismo. Todo lo que hemos oído que ha sucedido en Cafarnaún, hazlo también aquí en tu patria." Y añadió: "En verdad os digo que ningún profeta es bien recibido en su patria". Lc 4, 16-24.

Jesús inspirado por el Espíritu Santo empieza a anunciar su plan de acción: El anuncio de la Buena Nueva del Reino de Dios y en nombre de Dios toma postura en defensa de la vida. Los allí asistentes escucharon a Jesús quien se adjudicó el texto leído aplicándoselo a sí mismo y todos quedaron cautivos y entusiasmados  dándole aprobación. 

Hermanos, cuando la Palabra de Dios llega al corazón, conocemos de su eficacia porque nos abrimos para escucharla. Entonces, la meditamos y la profundizamos. Hay que dejar que el Espíritu Santo descienda y obre sobre nosotros. Y nuestra respuesta ha de ser, el olvido de nosotros mismos para entregarnos plenamente a Él. 

Él nos ungirá y nos hará capaces de llevar a los pobres la Buena Nueva y transmitirles la Liberación que nos ofrece Jesús.  No podemos olvidar que Jesús Resucitado continúa hoy caminando junto a nosotros en medio de este mundo donde reina aún la incomprensión. Pero Él nos llena de sus fuerzas para que demos la libertad a los oprimidos y vista a los ciegos.

Señor, ¿por qué tanta cerrazón y dureza en nuestros corazones? Sabemos que Tú estas siempre dispuesto a darnos todo lo que nos puede llevar a la santidad y a ser protagonistas principales en medio de tanta indiferencia contigo. Danos el lugar que nos corresponde en la vida. Gracias por el don de la fe que nos lleva a reconocerte en el amor y en el ejercicio continuo de la caridad. 

 
posted by Laureano García Muentes at 7:09 a.m. | Permalink |


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