martes, septiembre 10, 2024

"El Señor ama a su pueblo"...Salmo 149.

REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY

Martes 10 de Septiembre del 2024

En el Evangelio de hoy tomado de Lc 6, 12-19 vemos a Jesús que sube por la noche a la montaña a orar después de vivir varias jornadas en la sinagoga. Al despuntar del nuevo día, hace una trascendental elección: Elige a doce de sus discípulos y los llama Apóstoles. 

Dice el texto del Evangelio que: "Jesús se retiró a una montaña para orar, y pasó toda la noche en oración con Dios. Cuando se hizo de día, llamó a sus discípulos y eligió a doce de ellos, a los que dio el nombre de Apóstoles:  Simón, a quien puso el sobrenombre de Pedro, Andrés, su hermano, Santiago, Juan, Felipe, Bartolomé, Mateo, Tomás, Santiago, hijo de Alfeo, Simón, llamado el Zelote, Judas, hijo de Santiago, y Judas Iscariote, que fue el traidor." Lc 6, 12-15.

Como lo leemos en el texto del Evangelio,  Jesús tuvo antes de su trascendental escogencia  de sus apóstoles un encuentro íntimo con su Padre-Dios y allí, seguramente realizó un profundo discernimiento para elegir a doce hombres de entre el número de quienes le seguían.

Es sorprendente este pasaje porque, normalmente pensamos que desde el principio, fueron escogidos como Apóstoles. Pero parece que no fue así. Eran discípulos que iban aprendiendo, detrás del maestro. Jesús iba comprobando cómo asimilaban su mensaje y cómo estaban comprendiendo su actuación. En un momento en este caminar, pidiendo ayuda a su Padre Dios, les nombra Apóstoles a algunos de sus seguidores, con nombre propio. Sabemos que Jesús ante decisiones importantes se mueve con la fuerza de la oración y con la luz recibida del Padre. Así, inicia la llamada, nombre por nombre, de aquellos que serán los anunciadores de su vida y misión. 

Esas doce personas eran gente del común, tenían virtudes y defectos como nosotros. Su elección no fue al azar ni por amistad. Él les pide que lo acompañen para formarlos bien y así, enviarlos a predicar la doctrina del Reino confiándoles poderes que demostrarán al mundo, la llegada del Mesías, el Salvador. 

¿Estamos siendo agradecidos con Dios por habernos elegidos y llamados al servicio de la misión apostólica de Darlo a Conocer como el Único y Verdadero Camino que nos conduce a Dios-Padre?

Hermanos, hoy Jesús nos regala una gran enseñanza: Tenemos que dedicarle tiempo a la oración. Ella la podemos realizar en ciertos momentos del día tomando como referencia  los textos del Evangelio para meditar de manera consciente y profunda lo que Dios nos quiere decir para realizar nuestra vida.

Preguntémonos: ¿Cómo estamos rezando nosotros?, ¿Qué tiempo le dedicamos a Dios?  Recordemos que la oración es un don que exige compromiso, continuidad y constancia por nuestra parte.

Jesús: Tú eres siempre una sorpresa, eres el amigo que se encuentra sin esperarlo. Y yo te he encontrado. No esperaba conocerte tan de cerca. Pero llegaste, como a la Samaritana, y me has dicho: "Dame de beber". Como a Zaqueo, elevaste los ojos hasta el árbol en que estaba, y me dijiste: "Baja, que quiero hospedarme en tu casa". Sabes que te necesito, y llegas sin que te llame. Permíteme acompañarte en el camino. Tú me conoces y sabes lo que quiero, lo mismo mis proyectos que mis debilidades. No puedo ocultarte nada, Jesús. Quisiera dejar de pensar en mí, y dedicarte todo mi tiempo.
 
posted by Laureano García Muentes at 5:27 a.m. | Permalink |


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