lunes, septiembre 16, 2024

"Proclamen la muerte del Señor, hasta que vuelva"...Salmo 40.

REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY

Lunes 16 de Septiembre del 2024

El Evangelio de hoy tomado de Lc 7, 1-10 nos presenta el relato de La curación del Sirviente del Centurión que estaba enfermo y a punto de morir.

Dice el texto del Evangelio que: "Jesús entró en Cafarnaúm. Había allí un centurión que tenía un sirviente enfermo, a punto de morir, al que estimaba mucho. Como había oído hablar de Jesús, envió a unos ancianos judíos para rogarle que viniera a sanar a su servidor. Cuando estuvieron cerca de Jesús, le suplicaron con insistencia, diciéndole: “Él merece que le hagas este favor, porque ama a nuestra nación y nos ha construido la sinagoga”. Jesús fue con ellos, y cuando ya estaba cerca de la casa, el centurión le mandó decir por unos amigos: “Señor, no te molestes, porque no soy digno de que entres en mi casa; por eso no me consideré digno de ir a verte personalmente. Basta que digas una palabra y mi sirviente se sanará. Porque yo no soy más que un oficial subalterno, pero tengo soldados a mis órdenes cuando digo a uno: ‘Ve’, él va; y a otro: ‘Ven’, él viene; y cuando digo a mi sirviente: ‘¡Tienes que hacer esto!’, él lo hace”. Al oír estas palabras, Jesús se admiró de él y, volviéndose a la multitud que lo seguía, dijo: “Yo les aseguro que ni siquiera en Israel he encontrado tanta fe”. Cuando los enviados regresaron a la casa, encontraron al sirviente completamente sano". Lc 7, 1-10.

Miremos lo que nos dice el texto del Evangelio: El Centurión no era israelita pero manifestaba su amor por el pueblo y ese amor a su próximo fue la causa principal del milagro que hizo Jesús con su sirviente enfermo. 

La manifestación de la fe y de la humildad van siempre tomadas de la mano pues ellas muestran a plenitud el amor.

Ella no nos encierra, sino que nos hace abiertos, solidarios. Miren a aquel centurión no pidió para él, pidió para un criado, intercedió por él. Interceder es rezar por el otro, trabajar por el otro, dar la cara por el otro, dar voz a los que no tienen voz. Hay muchas personas que necesitan tu intercesión.

Hermanos, este Evangelio nos enseña como la Palabra de Dios nos transforma y nos lleva a disfrutar de una buena salud. Ella también,  nos impulsa a vivir un acercamiento más profundo y sincero del amor a Dios y a su misericordia, para así, traducirlo en un amor desinteresado al prójimo sin importarnos, clase social, raza o religión. 

Preguntémonos: ¿Qué puedo aprender del centurión para mi vida? ¿Me preocupo por la salud de los demás? ¿Me he puesto a pensar sobre lo que diría Jesús de mi fe? 

Señor, haz que nuestra fe sea plena, que sepamos abrirte nuestros pensamientos y sentimientos y acciones, nuestro pasado, nuestro presente y futuro, sin reservas. Señor, haz que nuestra fe sea coherente, que aceptemos las renuncias y los deberes que comporta y sepamos hacerla vida en cada momento de nuestras vidas. Señor, haz que nuestra fe sea fuerte, que maduremos ante la contradicción de los problemas y que encuentre el cimiento más firme ante quienes la rechazan.

 
posted by Laureano García Muentes at 5:05 a.m. | Permalink |


0 Comments:


<body>