sábado, junio 15, 2024

"Tú eres, Señor, el lote de mi heredad"...Salmo 16.

REFLEXION AL EVNGELIO DE HOY

Sábado 15 de Junio del 2024

INTRODUCCION:

Jesús insiste en la sencillez y en la verdad. Un seguidor de Jesús cuando afirma algo, tiene la fuerza de su afirmación, la fuerza de decir la verdad. No hay que invocar al cielo, a la tierra, a Jerusalén… ni a otra posible realidad. “A vosotros os basta decir sí o no. Lo que pasa de ahí viene del Maligno”. Porque un seguidor de Jesús no puede mentir. «“Sí, sí”, “No, no”; Todo lo que se dice de más, procede del Maligno.» Las medias verdades, los discursos sutiles que buscan engañar al prójimo, las reticencias que ocultan las verdaderas intenciones, no son actitudes acordes con la justicia. La persona justa es recta, sencilla y directa, no usa máscaras, se presenta tal como es, dice la verdad. En sus labios se encuentra a menudo la palabra "gracias": sabe que, por más que nos esforcemos para ser generosos, estamos siempre en deuda con nuestro prójimo. Si amamos es también porque hemos sido amados primero. Jesús no quiere que hagamos juramentos. Es más, nos dice que son cosa del maligno. Pero pide que en nuestras palabras y en nuestra vida reine la verdad. 

En el Evangelio de hoy tomado de Mt 5, 33-37, Jesús tomando el segundo mandamiento de la Ley señala a sus discípulos que el amor a la verdad debe prevalecer en todos sus seguidores. Y les dice: "Habéis oído también que se dijo a los antepasados: No perjurarás, sino que cumplirás al Señor tus juramentos. Pues yo os digo que no juréis en modo alguno: ni por el Cielo, porque es el trono de Dios, ni por la Tierra, porque es el escabel de sus pies; ni por Jerusalén, porque es la ciudad del gran rey. Ni tampoco jures por tu cabeza, porque ni a uno solo de tus cabellos puedes hacerlo blanco o negro. Sea vuestro lenguaje: `Sí, sí’ `no, no’: que lo que pasa de aquí viene del Maligno". Mt 5, 33-37.

La enseñanza que nos da este Evangelio de hoy nos ayudará a profundizar en la idea de que la honestidad y la transparencia son elementos esenciales en nuestras relaciones con los demás. Por lo tanto,  estamos invitados a reflexionar sobre la importancia de construir una comunicación basada en la confianza mutua y el respeto, es decir, a ser veraces en nuestras palabras, demostrando a otros un compromiso con la verdad y la sinceridad, sentando así las bases para relaciones sólidas y auténticas.

Hermanos en el Evangelio de hoy Jesús destaca la importancia de la coherencia entre nuestras palabras y nuestras acciones. Y nos insta a evitar los juramentos falsos o vanos, recordándonos que nuestra palabra debe ser suficiente y confiable por sí misma donde no se necesita validar constantemente sus afirmaciones con juramentos engañosos.

Señor, haznos servidores y testigo de la verdad; que hablemos con sinceridad, pero sin dogmatismos, que hablemos con convicción, pero sin vanidad. Que hablemos con sencillez, pero sin demagogia. Que no hablemos como los fanáticos que tratan de imponer su verdad; tampoco como los funcionarios que la defienden por obligación aunque no crean en ella. Que nunca utilicemos la verdad para atacar a los demás y sepamos defenderla para el bien de los pobres.

 
posted by Laureano García Muentes at 5:05 a.m. | Permalink |


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