viernes, junio 21, 2024

"El Señor ha elegido a Sión, para vivir en ella"... Salmo 132.

REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY

Viernes 21 de Junio del 2024

INTRODUCCION:

En este mundo, en este momento, hay muchas guerras por la avidez de poder, de riquezas. Pero se puede pensar en la guerra en nuestro corazón: Jesús hoy nos dice: “Evitad toda clase de codicia”, porque «la codicia va adelante, va adelante, va adelante: es un escalón, abre la puerta, después viene la vanidad —creerse importante, creerse potente— y, al final, el orgullo». Y de ahí todos los vicios, todos: son escalones, pero el primero es la codicia, el deseo de amontar riquezas. Parece que esta generación da la espalda a la fe, da la espalda al amor de Dios, parece que prefiere otras cartas: la carta del dinero, la carta del placer por encima de todo, la carta de la comodidad, la carta del acumular. Son cartas mediocres, sin duda, porque cuando la vida saca las cartas del sufrimiento, la carta de la muerte, la carta de la tristeza y el sinsentido ¿de qué sirve el dinero, la comodidad, el placer y el egoísmo? No sirven de nada. Si sólo tenemos estas cartas, tarde o temprano, perderemos la partida. Contra la carta de la muerte y del sufrimiento, sólo puede vencer el as del amor y el comodín de la fe. 

En el Evangelio de hoy tomado de Mt 6, 19-23, Jesús hablándole a sus discípulos, desenmascara la maldad existente en los hombres y condena la avaricia y la mezquindad por ser raíces principales de la idolatría. Él les dice: "No atesoréis tesoros en la tierra, donde la polilla y la carcoma los roen, donde los ladrones abren boquetes y los roban. Atesorad tesoros en el cielo, donde no hay polilla ni carcoma que se los coman, ni ladrones que abran boquetes y roben. Porque dónde está tu tesoro, allí está tu corazón.". Mt 6, 19-21.

Jesús quiere que todos tomemos conciencia sobre los valores donde vamos cimentando nuestra vida: el amor, la pasión y el amor; para así, no olvidar a Dios y no profanar lo sagrado, endiosando lo que tenemos de costumbre cada día.

Hermanos, Jesús quiere dejar claro que el auténtico tesoro no está en lo acumulado aquí en la tierra sino que cada día vayamos sumando  hechos, virtudes y valores para el cielo viviendo con un estilo donde no tenga cabida la avaricia ni la mezquindad.

Recordemos hermanos que la pureza de intención es necesaria para que nuestras obras tengan valor ante los ojos de Dios.

Para obrar así requerimos  que nuestros corazones estén atentos a las oportunidades que nos presenta nuestro Dios y Señor.

Jesús, danos un corazón pobre y libre de egoísmo para que puedas reinar en nosotros. Ven, Espíritu Santo, llena nuestros corazones con el fuego de tu amor para que esta oración nos ayude a desprendernos de nosotros mismos, a desapegarnos de todo lo material, y a considerar todo como basura y pérdida con tal de ganarte a Ti.

 
posted by Laureano García Muentes at 5:35 a.m. | Permalink |


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