sábado, mayo 25, 2024

"Suba, Señor, mi oración como incienso en tu presencia"...Salmo 141.

REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY

Sábado 25 de Mayo del 2024

INTRODUCCION:

Jesús es feliz en medio de los que no cuentan. Quizá los discípulos piensan que los niños van a ser un estorbo para poder estar tranquilamente con Jesús. Sin embargo, la realidad que el Maestro pone de manifiesto es otra bien distinta: los discípulos son un estorbo para que los niños se encontraran con Él. Sospechamos que ante la extrañeza de sus discípulos da un paso más y llega a afirmar: “Os aseguro que el que no acepte el Reino de Dios como un niño, no entrará en él”. No sé si a muchos cristianos también nos extrañó esta frase de Jesús, cuando se la oímos por primera vez. Sabemos que no todas las actitudes de los niños son positivas, por lo que nos preguntamos cuáles de las actitudes de los niños quiere Jesús que tengamos al acoger su Reino. Quizás dos de las notas positivas de los niños sean la ingenuidad y la confianza. Pues con estas dos actitudes hemos de acoger y aceptar el Reino de Dios. Hemos de dejar que Dios sea el Rey y Señor de nuestra vida, sabiendo que en verdad Dios, en su cadena de amor hacia nosotros, quiere ser nuestro Rey. Nada ni nadie más que Dios tiene que ser nuestro único Rey.

En el Evangelio de hoy tomado de Mc 10, 13-16, Jesús ante la incomprensión y las expectativas triunfalistas de sus opositores (los fariseos), pone de modelo a los niños como ejemplo de la sencillez de corazón y la humildad como un requisito importante para alcanzar el Reino de Dios. 

Como lo dice el texto del Evangelio, "Jesús iba hacia Jerusalén y la gente   le traían a los niños para que Él, los tocara. Los discípulos los reprendían. Al ver esto, Jesús se enojó y les dijo: "Dejad que los niños se acerquen a mí: no se lo impidáis, pues de los que son como ellos es el reino de Dios. En verdad os digo que quien no reciba el reino de Dios como un niño, no entrará en él". Y tomándolos en brazos los bendecía imponiéndoles las manos". Mc 10, 13-16.

Miremos: En aquella época, los niños y las niñas no tenían derecho alguno de participar en los asuntos religiosos ni mucho menos, poder para ejercer. Así también,  según la Ley, estaban en la misma situación las mujeres. Jesús sale al frente de esa situación y un poco enojado con sus discípulos les pide que dejaran que los niños se acercarán a Él,  porque el Reino de Dios es para todos. 

Jesús no solo demuestra su gran amor por los niños, sino su sencillez, humildad, docilidad y disposición. 

Hermanos: Jesús quiere que tu y yo seamos humildes, sencillos y de corazones abiertos como los niños y quiere que estemos cerca a la presencia de Dios con la misma confianza y humildad que la de un niño, abriendo nuestro corazón a su amor incondicional. 

Señor, A veces soy un estorbo para que otros se encuentren contigo, perdóname y enséñame a atraer a todos hacia ti. Delante de ti yo quiero ser sólo un pobre, quiero despojarme de mis pretensiones y vanidades; también, quiero traspasar mi propia culpa y entrar a tu casa desnudo, meterme en tu corazón como un niño y mirarte a los ojos suplicándote confiadamente.

 
posted by Laureano García Muentes at 5:21 a.m. | Permalink |


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