martes, mayo 14, 2024

"El Señor lo sentará con los príncipes de su pueblo"...Salmo 113.

REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY

Martes 14 de Mayo del 2024

Hoy celebra la Iglesia a San Matías cuyo nombre original es: Matatías que significa Regalo de Dios. Era un hombre Hebreo que fue elegido Apóstol después de la muerte y resurrección de Jesús para sustituir a Judas Iscariote tras su traición a Jesús y posterior suicidio. Según narran los escritos Matías fue uno de los setenta y dos que envió Jesús a una primera misión evangélica y fue testigo también de la Resurrección. Sus reliquias fueron llevadas por Santa Elena a la Basílica de Santa María de Tréveris.

INTRODUCCION AL EVANGELIO:

Jesús nos invita a descubrir el misterio más profundo de la vida divina, que es el amor. La víspera misma de su muerte Él se ve a sí mismo envuelto en un amor infinito y sujeto a una sola misión: transmitir a todos sus hermanos y hermanas ese mismo amor. Creer en este  amor y vivirlo día a día produce un fruto infalible: una profunda alegría. Aquí Jesús nos revela su secreto más íntimo: si fue pobre y desprendido de todos los bienes de este mundo, no lo fue por un absurdo deseo de mortificarse, sino porque estaba literalmente sumergido por una alegría tan grande que todo lo de este mundo pasaba totalmente inadvertido. Y sólo deseaba una cosa: vernos disfrutar de esa misma alegría. “Os he hablado de esto para que mi alegría esté en vosotros, y vuestra alegría llegue a su plenitud”. Jesús Nos llama a vivir en amor, a servir con sacrificio, a encontrar alegría en la comunidad y a dejar un legado duradero. Este llamado es tan relevante hoy como lo fue en tiempos de los primeros discípulos. En nuestra vida diaria, en la parroquia, y en cada movimiento apostólico, tenemos la oportunidad de encarnar estas verdades, transformando nuestras vidas y las de quienes nos rodean. 

En el Evangelio de hoy tomado de Jn 15, 9-17, Jesús les habla a sus Apóstoles del ansia de su amor hacia ellos para que fructifiquen unidos a Él.

Él les dice: "Como el Padre me amó, también yo los he amado a ustedes. Permanezcan en mi amor. Si cumplen mis mandamientos, permanecerán en mi amor, como yo cumplí los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor. Les he dicho esto para que mi gozo sea el de ustedes, y ese gozo sea perfecto. Este es mi mandamiento: Ámense los unos a los otros, como yo los he amado. No hay amor más grande que dar la vida por los amigos.". Jn 15, 9-12.

Hermanos, amar como Dios nos ama es vivir apasionadamente la bondad y la misericordia por las personas, principalmente por aquellos que sufren y necesitan de nuestro apoyo con entrega incondicional. 

Y miren, quien así aprende a amar y trata a los demás como lo hizo Jesús, es capaz de construir amistad más allá de cualquier obstáculo. 

Tenemos que recordar siempre que es Jesús quien nos ha llamado y nos ha elegido para que seamos multiplicadores de su vida, obra y misericordia en todos los lugares del mundo y para que esas semillas que sembramos produzcan frutos de buena calidad y en abundancia.

Experimentemos pues ese amor incondicional que nos dejó de ejemplo Jesús y seamos capaces de amar y comprender a muchas personas para que en ellos, renazca la alegría de vivir. 

Gracias Señor porque siempre estás a nuestro lado, ayúdanos a sentir tu cercanía y a crecer en generosidad. Perdona y cura nuestro egoísmo porque nos paraliza. Queremos estar contigo y a tu lado, Jesús.

 
posted by Laureano García Muentes at 4:59 a.m. | Permalink |


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