martes, marzo 19, 2024

"Su linaje será perpetuo"...Salmo 89

REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY

Martes 19 de Marzo del 2024

Hoy celebra la Iglesia el día de San José. Esposo de la Santísima Virgen María y Padre Putativo de Jesús. San José era descendiente del Rey David. Vivió en Nazaret ejerciendo el oficio de carpintero. Según se cuenta, su muerte se produjo antes de comenzar la vida pública Jesús. En 1870 fue proclamado por el Papa  Pio IX Patrón de la Iglesia Universal, patrono de los carpinteros y de los moribundos. Casi 100 años después, en 1955 el Papa Pio XII instituyó la fiesta de San José Obrero  el 1 de mayo. San José fue un hombre lleno de virtudes, entre las que sobresalen: La honestidad, el amor al trabajo y la Fe inquebrantable en Dios.

INTRODUCCION AL EVANGELIO:

La búsqueda y la angustia nace precisamente de la separación, de la ausencia, de la lejanía que tenemos de Jesús. Según el Evangelio de hoy, María incluye a José en sus sentimientos de angustia. Una angustia que quizás se asemeje a la nuestra y a la de muchos hombres y mujeres que buscamos a Dios, porque se nos ha perdido o que lo hemos escondido entre tantas definiciones u olvidos. Reconozcamos nuestro deseo de tener a Jesús y la esperanza de reencontrarnos con él. Preguntémonos: ¿Siento como mía la experiencia de la búsqueda del Señor? ¿Me he percatado en mi vida alguna vez de haber perdido al Señor, de haberlo dejado lejos, de haberlo olvidado?

El Evangelio de hoy tomado de Lc 2, 41-51a. nos presenta el relato de la pérdida y hallazgo de Jesús en el Templo de Jerusalén.

Dice el texto del Evangelio que: "Los padres de Jesús iban todos los años a Jerusalén en la fiesta de la Pascua. Cuando el niño cumplió doce años, subieron como de costumbre, y acabada la fiesta, María y José regresaron, pero Jesús permaneció en Jerusalén, sin que ellos se dieran cuenta. Creyendo que estaba en la caravana, caminaron todo un día y después comenzaron a buscarlo entre los parientes y conocidos. Como no lo encontraron, volvieron a Jerusalén en busca de Él. Al tercer día, lo hallaron en el Templo en medio de los doctores de la Ley, escuchándolos y haciéndoles preguntas. Y todos los que lo oían quedaban asombrados de su inteligencia y sus respuestas. Al verlo, sus padres quedaron maravillados y su madre le dijo: “Hijo mío, ¿por qué nos has hecho esto? Piensa que tu padre y yo te buscábamos angustiados”. Jesús les respondió: “¿Por qué me buscaban? ¿No sabían que Yo debo ocuparme de los asuntos de mi Padre?” Ellos no entendieron lo que les decía. Él regresó con sus padres a Nazaret y vivía sujeto a ellos. Su madre conservaba estas cosas en su corazón". Lc 2, 41-51a.

En este pasaje, se narra la historia de Jesús a los doce años, cuando lo encuentran enseñando a los maestros en el templo. Una enseñanza importante que podemos extraer de este relato es la importancia de la búsqueda de la sabiduría y el conocimiento, así como también la necesidad de escuchar y aprender de los demás, independientemente de nuestra edad o posición social. 

Este Evangelio nos invita a reflexionar sobre la importancia de mantenernos abiertos a nuevas enseñanzas, a estar dispuestos a aprender y a crecer en sabiduría a lo largo de nuestra vida. También nos recuerda que, a veces, la verdadera sabiduría se encuentra en lugares inesperados y en personas que quizás no esperaríamos.

En estos tiempos de cambio y desafíos constantes, pidámosle al Espíritu Santo que nos ayude a perseverar en la fe y a llenarnos de valentía para  aprovechar cada unos de los dones que nos regala. Así como Jesús sorprendió a los maestros del templo con su conocimiento, nosotros también podemos sorprendernos a nosotros mismos y a los demás cuando nos abrimos a nuevas experiencias y aprendizajes.

Señor, queremos ocuparnos de tus cosas y queremos que seas Tú siempre el centro de nuestras vida cumpliendo tu voluntad.

 
posted by Laureano García Muentes at 5:31 a.m. | Permalink |


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