sábado, marzo 09, 2024

"Quiero misericordia, y no sacrificios"...Salmo 51.

REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY

Sábado 9de Marzo del 2024

INTRODUCCION:

La incapacidad de reconocernos pecadores nos aleja de la verdadera confesión con Jesucristo. En el evangelio de hoy Jesús se dirige “a algunos que, teniéndose por justos, se sentían seguros de sí mismos y desprecian a los demás”, para decirles que no son justos y que son pecadores como los demás; y que por eso, no debían depreciar a nadie. Nuestra postura debe ser la del publicano. Bien sabemos, después de que Jesús nos ha aclarado que Dios es nuestro Padre, que podemos y debemos acudir a él con toda confianza a pedirle perdón por nuestras faltas, convencidos sabemos que siempre El nos perdonará, porque el perdón está en sus entrañas por que El es nuestro Padre Dios y tiene  compasión del pecador.

El Evangelio de hoy tomado de Lc 18, 9-14, es una invitación a elevar a Dios oraciones con humildad y desprendidos de toda vanidad, orgullo y soberbia. 

Dice el texto del Evangelio que: "Jesús refiriéndose a algunos que se tenían por justos y despreciaban a los demás, les dice la siguiente parábola: "Dos hombres subieron al Templo para orar; uno era fariseo y el otro, publicano. El fariseo, de pie, oraba así: “Dios mío, te doy gracias porque no soy como los demás hombres, que son ladrones, injustos y adúlteros; ni tampoco como ese publicano. Ayuno dos veces por semana y pago la décima parte de todas mis entradas”. En cambio el publicano, manteniéndose a distancia, no se animaba siquiera a levantar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho, diciendo: “¡Dios mío, ten piedad de mí, que soy un pecador!”. Les aseguro que este último volvió a su casa justificado, pero no el primero. Porque todo el que se eleva será humillado, y el que se humilla será elevado". Lc 18, 9-14.

Miremos algo muy importante en esta parábola de hoy: Jesús descalifica la soberbia porque esta lleva a las personas a la arrogancia, a la grandeza y al menosprecio hacia los demás.

Quien es soberbio es orgulloso y quiere tratar a los demás de manera despectiva y desconsiderada. Es una persona vanidosa y se cree dueño de méritos.

Jesús hoy nos resalta la humildad porque quien es humilde obra sin orgullo y reconoce sus errores. Así, lo hizo el publicano de la parábola de hoy quien manifestó a Dios una actitud profunda de humildad reconociéndose pecador por haber cometido muchos errores en su vida. Ello, lo hizo abrirse a sí mismo y buscar en Dios su infinita misericordia.

Hermanos, en este tiempo de la Cuaresma estamos invitados a la conversión y ello conlleva a una transformación interna de nosotros para así, volver nuestro rostro a Dios e implorar su infinita misericordia renovando nuestro amor.

Preguntemos: ¿Hemos caído en eso mismo que vivía el fariseo de creernos justos y con la autoridad de juzgar y condenar a los demás? Supliquémosle al Señor que tenga piedad de nosotros por ser pecadores.

Señor, hoy como el publicano nos acercamos a Ti, pues nos reconocemos débiles y necesitados de Ti, que eres la fuente de toda gracia. Señor, Tú conoces nuestro corazón y sabes que sin Ti nada podemos; por eso, queremos pedirte que te quedes con nosotros, que nos acompañes en todo momento de nuestro día.
 
posted by Laureano García Muentes at 4:24 a.m. | Permalink |


0 Comments:


<body>