miércoles, febrero 28, 2024

"Sálvame, Señor, por tu misericordia"...Salmo 31.

REFLEXION DEL EVANGELIO DE HOY

Miércoles 28 de Febrero del 2024

INTRODUCCION:

Jesús subiendo a Jerusalén alecciona a sus discípulos y les prepara para lo que van a vivir. Les habla de su pasión, muerte y resurrección, pero nota que quienes le acompañan no le siguen verdaderamente. Si, le siguen físicamente, con sus pies, pero tienen la mirada, el corazón y la mente en otros asuntos. Hermanos: somos cristianos, queremos seguir a Jesús, sin embargo a veces estamos tan lejos de sus pensamientos y proyectos como los Zebedeos. Sabemos que tenemos que coger la cruz, pero pensamos siempre cómo podemos pasarlo mejor. Hemos oído hablar mil veces de las excelencias del servicio, sin embargo, buscamos privilegios, puestos de honor, que se nos enaltezca entre nuestros compañeros de trabajo, entre nuestros amigos, en la familia. Jesús nos dice hoy: "El que quiera ser grande, que sea el servidor de todos". Es fácil de entender, pero hay que plantearse cómo vamos a ser verdaderos servidores. Pidamos la ayuda de Dios para serlo de verdad.

El Evangelio de hoy tomado de Mt 20, 17-28, nos habla de tres hechos muy importantes y así nos lo relata el texto: "Mientras Jesús subía a Jerusalén, llevó consigo a los Doce, y en el camino les dijo: "Ahora subimos a Jerusalén, donde el Hijo del hombre va a ser entregado a los sumos sacerdotes y a los escribas. Ellos lo condenarán a muerte y lo entregarán a los paganos para que se burlen de Él, lo azoten y lo crucifiquen, pero al tercer día resucitará”. Entonces la madre de los hijos de Zebedeo se acercó a Jesús, junto con sus hijos, y se postró ante Él para pedirle algo. Jesús le preguntó: "¿Qué quieres?” Ella le dijo: "Manda que mis dos hijos se sienten en tu Reino, uno a tu derecha y el otro a tu izquierda”. Jesús le respondió: “No saben lo que piden”,  “¿Pueden beber el cáliz que Yo beberé? Podemos”, le respondieron. “Está bien", les dijo Jesús, "ustedes beberán mi cáliz. En cuanto a sentarse a mi derecha o a mi izquierda, no me toca a mí concederlo, sino que esos puestos son para quienes se los ha destinado mi Padre”. Mt 20, 17-23.

Hermanos, la misión de Jesús no tiene nada que ver con el éxito ni mucho menos con los triunfos humanos. El pretender cargos, honores y lugares de prestigio no está enmarcado dentro de la propuesta de Jesús, pues el único y verdadero camino es El Servicio. Me salta entonces la pregunta: ¿Estamos dispuestos a beber el mismo cáliz que bebió Jesús?, ¿Estaremos dispuestos a sumergirnos como Él en el dolor que vivió?

Jesús hoy nos dice: "El que quiera ser grande, que se haga servidor de todos" con estas palabras nos quiere dar una gran lección de humildad para que todos logremos entender hasta donde ha de llegar el amor propio, porque muchas son las veces que nos creemos superiores y queremos ocupar los primeros puestos.

Pidámosle al Espíritu Santo que nos ayude a amar y a servir como lo hacía Jesús, como también, que pongamos nuestras vidas al servicio de los demás hasta si es posible, derramar hasta la última gota de nuestra sangre como lo hizo Jesús. 

Señor, perdona a tu pueblo que te sigue condenando a muerte con nuestra indiferencia, ingratitud, incoherencias en nuestras acciones; sigue burlándose de tu Palabra, de tus mandatos; sigue azotándote en el hermano que sufre; sigue alabándote con su boca, pero su corazón lejos de Tí. Perdón Señor, perdón.

 
posted by Laureano García Muentes at 4:28 a.m. | Permalink |


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