viernes, marzo 08, 2024

"Yo soy el Señor, Dios tuyo: Escucha mi voz"...Salmo 81

REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY

Viernes 8 de Marzo del 2024

INTRODUCCION:

Para Jesús amar a Dios, amar al prójimo y amarse a uno mismo no es incompatible. Todo lo contrario. El amor es indivisible: cuando amamos a Dios sobre todas las cosas, amamos mejor a los hermanos y a nosotros mismos. Y, por supuesto, cuando amamos a los hermanos, crece nuestra capacidad de amar a Dios. Decia el Papa Benedicto XVI: Amor a Dios y amor al prójimo son inseparables, son un único mandamiento. Pero ambos viven del amor que viene de Dios, que nos ha amado primero. Tomemos hoy ejemplo de este escriba. Repitamos las palabras de Jesús, hagámoslas resonar en nosotros: “Amar a Dios con todo el corazón, con toda el alma, con toda la mente y con todas las fuerzas y al prójimo como a mí mismo". Y preguntémonos: ¿orienta realmente mi vida este mandamiento? 

El Evangelio de hoy tomado de Mc 12, 28b-34 nos presenta el diálogo de un Escriba con Jesús después que éste, lo había escuchado discutir con los Saduceos. Al notar que les había respondido correctamente, le preguntó a cerca de cuál sería el mandamiento más importante. Y Jesús le respondió: "El primero es: “Escucha, Israel: el Señor nuestro Dios es el único Señor; y tú amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón y con toda tu alma, con todo tu espíritu y todas tus fuerzas”. El segundo es: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo”. No hay otro mandamiento más grande que éstos". "El primero es: “Escucha, Israel: el Señor nuestro Dios es el único Señor; y tú amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón y con toda tu alma, con todo tu espíritu y todas tus fuerzas”. El segundo es: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo”. No hay otro mandamiento más grande que éstos”. Mc 12, 28-31.

El Escriba quería probar a Jesús y le lanza una pregunta con habilidad y astucia para conseguir con oscuros propósitos, comprometerlo y tener base para señalarle de violación a la ley. 

La respuesta que le da Jesús a este Escriba fue para él muy sorprendente porque le habla del Amor total a Dios y a los hermanos. 

Con ello le da a entender que los sentimientos de hostilidad, antipatía, rechazo y odio son contrarios a lo que Él proclama que es el Amor y la Misericordia por los demás. 

Hermanos, hoy Jesús nos presenta la grandeza del amor, pues este transforma y perfecciona la voluntad que reside en nosotros. El amor a Dios y el amor al prójimo son inseparables y se complementan el uno con el otro, pues no se puede amar a Dios sin amar al prójimo. Preguntémonos: ¿Nos sentimos cerca o lejos del Reino de Dios?

Señor Jesús, ayúdanos a mirar con amor a las personas, a los amigos y enemigos, a paisanos y extranjeros. Ayúdanos a entregarnos a todos, contigo y como Tú. Que nunca olvide que Tú estás presente en los hambrientos y sedientos, los forasteros, los desnudos, enfermos o encarcelados; y que cada vez que amamos y ayudamos a uno de estos hermanos, te amamos y te ayudamos a ti.

 
posted by Laureano García Muentes at 4:08 a.m. | Permalink |


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