"El Señor de los ejércitos está con nosotros"...Salmo 46.
REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY
Martes 12 de Marzo del 2024
INTRODUCCION:
¿Quieres curarte? Con
esta pregunta Jesús pretende movilizar no sólo su cuerpo sino también el alma del hombre Paralitico. Saben: también a nosotros, con el tiempo, se nos paraliza el alma: no pensamos, no
crecemos, no evolucionamos, no estamos dispuestos a cambiar. Hoy Jesús nos dice:
Dice el texto del Evangelio que: "Jesús lo vio acostado y le preguntó: "¿Quieres sanarte?". Él le respondió: "Señor, no tengo a nadie que me sumerja en la piscina cuando el agua comienza a agitarse. Mientras yo voy, otro desciende antes". Jesús entonces le dijo: "Levántate, toma tu camilla y camina". Entonces enseguida el hombre quedó sano, tomó su camilla y empezó a caminar. Esto sucedió un día sábado y los judíos dijeron entonces al que acababa de ser sanado: "Hoy es sábado y no te es permitido llevar tu camilla ", y él les respondió: "Él me sanó y me dijo: "Toma tu camilla y camina". Ellos entonces le preguntaron: "¿Quién es ese hombre que te dijo "Toma tu camilla y camina?". Pero el enfermo lo ignoraba, porque Jesús había desaparecido entre la multitud que estaba allí.". Jn 5, 1-3.
Hermanos es muy importante poner atención al diálogo que sostiene Jesús con el paralítico y como son eficaces sus Palabras al reintegrarlo a la sociedad con dignidad, pues esta la había perdido por su enfermedad y el abandono de sus hermanos de comunidad.
Muchas son las ocasiones donde nuestras debilidades y comportamientos nos paralizan y a pesar de nuestros esfuerzos no encontramos ayuda de nadie para llegar a la fuente que nos haga revivir el ánimo y la confianza en Dios.
Cuando experimentamos la presencia del Salvador en nuestras vidas y lo conocemos, nuestras dolencias y realidades que nos mantienen paralizados se disipan y vamos experimentando la claridad con su luz.
Jesús hoy, cuando tú y yo experimentamos este tiempo de la preparación de la Cuaresma nos pregunta: "¿Quieres sanarte?" Él quiere que nos levantemos y carguemos nuestras camillas y emprendamos caminar junto a Él diciéndole a todos que es el agua viva que pone de pie a quienes le buscan y no pueden caminar.
Señor, nos impresiona la paciencia y la tenacidad de ese hombre que llevaba 38 años enfermo y no había perdido la esperanza. Hoy queremos cambiar. Queremos que seas Tú ese hombre que nos diga: ¡Levántate, y anda! Sé que hoy nos has escuchado por ello te pedimos la gracia de ser pacientes para esperar que Tú obres en nosotros. Haznos ver tu mano amorosa que nos sostiene y nos hace ver qué grande es tu amor hacia nosotros.