domingo, marzo 10, 2024

"Que se me pegue la lengua al paladar si no me acuerdo de ti"...Salmo 137.

REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY

Domingo 10 de Marzo del 2024

INTRODUCCION:

Cristo tenía que morir en la cruz para salvarnos y darnos vida eterna, ya que El vino no a condenarnos sino a salvarnos. Algunos catequistas mal informados han transmitido la imagen de Dios como un Dios justiciero, inquisidor, vigilante, fiscal y presto al castigo. Esta imagen de Dios infunde miedo y temor que amor y confianza. Y miren: A lo largo de la historia Dios ha hecho todo lo posible por manifestar que es un Dios de amor. En el colmo de esos esfuerzos, El envió a su propio Hijo, para demostrar su amor incondicional por todos los hombres. 

En el Evangelio de hoy tomado de Jn 3, 14-21, Jesús en diálogo con Nicodemo le manifiesta todo lo bueno, bondadoso y misericordioso del amor  que siente Dios por todos los hombres, tan grande es, que entregó a su propio hijo para que nos salvara. 

Jesús le dice: "Como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así tiene que ser levantado el Hijo del hombre, para que todo el que crea tenga por El vida eterna. Porque tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo único, para que todo el que crea en Él no perezca, sino que tenga vida eterna. Porque Dios no ha enviado a su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por Él. El que cree en Él, no es juzgado; pero el que no cree, ya está juzgado, porque no ha creído en el Nombre del Hijo único de Dios.". Jn 3, 14-18

Hermanos, este Evangelio nos está invitando a contemplar el amor incondicional de Dios hacia la humanidad que se expresa a través del sacrificio de su Hijo; también nos recuerda que mediante la fe estamos llamados a vivir en la luz de Jesús, rechazando con severidad la oscuridad del pecado, viviendo de acuerdo con la voluntad de Dios. Ello nos quiere decir: Compartiendo el amor de Dios entre los demás.

En lo referente a lo que hizo Moisés en el desierto al levantar la serpiente de broce cuando caminaban por el desierto hacia la tierra prometida, nos anuncia la futura crucifixión de Jesús como un acto de redención para todos los que lo buscan, pues en Él está la luz en toda oscuridad. 

Hermanos, este pasaje es una invitación a la  reflexión sobre nuestra relación con Dios y a nuestra búsqueda permanente que debemos tener como sus seguidores, comprometidos para ser verdaderas luces de Jesús para toda la humanidad, renunciando a toda oscuridad del pecado mediante la fuerza de la fe, el amor y la verdad; pues así, podemos experimentar la plenitud que Dios ofrece a través de su hijo Jesucristo.

Padre, tanto nos has amado que no te reservaste ni a tu propio Hijo Jesús y nos lo enviaste, para rescatarnos de nuestros pecados, miedos y soledades; con la fuerza de su amor, de tu amor. Te pedimos que nos ayudes a vivir de acuerdo con el Evangelio.

 
posted by Laureano García Muentes at 5:35 a.m. | Permalink |


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