"Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?"...Salmo 22.

REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY

Domingo 24 de Marzo del 2024

El Evangelio de hoy tomado de Mc 14, 1-15,47  nos narra La Pasión de Nuestro Señor Jesucristo y nos pone en contexto con la experiencia dolorosa que vivió Jesús con una entrega total e incondicional por Amor al Padre quien regala la libertad del hombre al pecado mediante su crucifixión. 

Dice el texto del Evangelio de manera abreviada que: "Faltaban dos días para la fiesta de la Pascua, cuando se come el pan sin levadura. A Los jefes de los sacerdotes y los maestros de la ley buscaban la manera de apresar a Jesús por medio de algún engaño, y matarlo. Pues algunos decían: No durante la fiesta, para que no se alborote la gente. Había ido Jesús a Betania, a casa de Simón, a quien llamaban el leproso. Y mientras estaba sentado a la mesa, llegó una mujer con un frasco de alabastro lleno de un rico perfume de nardo puro, de mucho valor. Rompió el frasco y derramó el perfume sobre la cabeza de Jesús. Algunos de los presentes, indignados, se decían unos a otros: ¿Por qué se desperdicia este perfume? Podía haberse vendido por más de trescientos denarios, para ayudar a los pobres. Y criticaban a la mujer. Pero Jesús dijo: 

Jesús sentía que su llegada a Jerusalén le iba a ocasionar dolor y muerte violenta porque su actuación había provocado inquietantes angustias y desesperación entre los sectores poderosos. Más sin embargo, no modifica sus intenciones, ni se defiende, no huye, sino que se enfrenta con gran valentía con una gran fidelidad al Padre y en solidaridad con los más necesitados. 

Los judíos y las autoridades religiosas lo califican como Un falso Profeta y lo condenan a muerte en una cruz en el nombre de sus leyes. Y el muere con una actitud solidaria y al servicio de todos los hombres defendiéndose de la inhumanidad de los ricos y poderosos. 

Hermanos que este domingo de ramos nos ayude a comprender el precio de la libertad y de la generosidad como la vivió Jesús para que así, vivamos con una fe más comprometida con la causa de Jesús. 

Señor, No queremos ser simples espectadores pasivos e indiferentes, que hoy aclama ¡Hosanna! Bendito el que viene… para abandonarte o traicionarte en un par de días más danos la fuerza de voluntad para decidirnos a seguirte siempre de manera apasionada y fiel.