"Que deseables son tus moradas, Señor de los ejércitos"...Salmo 84.
REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY
Martes 6 de Febrero del 2024
INTRODUCCION:
Jesús sentado entre publicanos y pecadores. Por allá andan algunos murmurando, juzgando, criticando, condenando. La hipocresía es una de las tantas cosas que mas le molestan a Jesús.. Y es que en verdad hay cosas perores que la mentira y el engaño, pero la hipocresía es una forma elaborada de engaño y mentira. El hipócrita finge desconocer algo o finge ser inocente, valiéndose de resquicios legales con la intención de justificarse. Así, si no hay nada legislado al respecto o si hay vacíos en la ley, los usa para justificar lo que hace porque le conviene o le gusta, aun sabiendo que está mal y lo peor es que no tiene ningún reparo en dar mal ejemplo y llevarse de encuentro a quién sea, incluso al mismo Dios, con tal de salir con su capricho. Esto es una blasfemia, porque a Dios no se le puede engañar y él lo sabe muy bien, pero finge desconocerlo o simplemente le importa un comino. En buena cuenta es un desafío a Dios, lo que constituye una torpeza y una afrenta que tarde o temprano se paga. Sin embargo, mientras dura y es posible sostener la mentira, lo hará con cinismo, a cualquier precio, a cualquier costo. Hipocresía y mentira son dos caras de la misma moneda fraguada, falsa.
En el Evangelio de hoy tomado de Mc 7, 1-13 Jesús nos enseña que en la vida hay cosas esenciales y cosas que son secundarias y que estas últimas no nos pueden desviar de lo que es verdaderamente importante y da sentido a la vida.
Dice el texto del Evangelio que: "Los fariseos con algunos escribas llegados de Jerusalén se acercaron a Jesús, y vieron que algunos de sus discípulos comían con las manos impuras, es decir, sin lavar. Los fariseos, en efecto, y los judíos en general, no comen sin lavarse antes cuidadosamente las manos, siguiendo la tradición de sus antepasados; y al volver del mercado, no comen sin hacer primero las abluciones. Además, hay muchas otras prácticas, a las que están aferrados por tradición, como el lavado de los vasos, de las jarras, de la vajilla de bronce y de las camas. Entonces los fariseos y los escribas preguntaron a Jesús: “¿Por qué tus discípulos no proceden de acuerdo con la tradición de nuestros antepasados, sino que comen con las manos impuras?” Él les respondió: “¡Hipócritas! Bien profetizó de ustedes Isaías, en el pasaje de la Escritura que dice: Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí.” Mc 7, 1-6.
El Evangelio nos habla sobre la importancia de vivir de acuerdo a los mandamientos de Dios en lugar de seguir tradiciones humanas.
Jesús confronta a los Fariseos y Escribas porque seguían rigurosamente las tradiciones de purificación antes de comer, pero que descuidaban el corazón; y Jesús les recuerda que lo que sale de la persona es lo que contamina y no lo que entra en ella desde afuera.
Hermanos, este llamado de atención que hace Jesús a los Fariseos y Escribas nos invita a reflexionar sobre la importancia de tener una fe genuina, basada en el amor a Dios y al prójimo, en lugar de limitarnos a cumplir con rituales externos.
En nuestra vida cotidiana, este pasaje nos enseña además que es una fuente que nos alimenta y anima a que examinemos nuestras motivaciones y actitudes a las que nos aferrarnos ciegamente. Prácticas que no están muchas veces en armonía con los principios del amor, la compasión y la justicia que Jesús nos enseñó.