domingo, febrero 04, 2024

"Alabad al Señor, que sana los corazones destrozados"... Salmo 146.

REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY

Domingo 4 de Febrero del 2024

INTRODUCCION:

San Marcos nos presenta hoy la agenda de Jesús a lo largo un día distribuido con sus diversas actividades: predicación en la Sinagoga; visita a la casa de sus amigos Simón y Andrés y curación de la suegra de Simón; al anochecer atención a muchos enfermos físicos y espirituales con una especial alusión a los demonios, a los que prohibía hablar; se supone que va a descansar muy tarde; al día siguiente madruga y se retira a un lugar alejado para orar él solo;  Simón Pedro lo busca porque hay gente que lo necesita y Jesús le dice que ¡también hay que ir a “otros lugares”. Y concluye con una misteriosa afirmación: “¡para esto he salido!”. Esa es la respuesta al sentido de la vida: esa agenda equilibrada de religiosidad, amistad, sanación, descanso, oración e itinerancia. Jesús “pasó haciendo el bien y curando a todos los oprimidos por el Diablo porque Dios estaba con Él y nosotros somos testigos de todo lo que hizo” (Hechos 10, 38-39).

En el Evangelio de hoy tomado de Mc 1, 29-39. Jesús se presenta ante la gente como un sanador de todo tipo de enfermedades y nunca se negó en realizar ninguna sanación.

Así leemos en el texto del Evangelio que: "Después de terminar su intervención en la sinagoga se dirigió con Santiago y Juan a la casa de Simón y Andrés. La suegra de Simón estaba en cama con fiebre, y se lo dijeron de inmediato. Él se acercó, la tomó de la mano y la hizo levantar. Entonces ella no tuvo más fiebre y se puso a servirles.

Al atardecer, después de ponerse el sol, le llevaron a todos los enfermos y endemoniados, y la ciudad entera se reunió delante de la puerta. Jesús sanó a muchos enfermos, que sufrían de diversos males, y expulsó a muchos demonios; pero a éstos no los dejaba hablar, porque sabían quién era Él. Por la mañana, antes que amaneciera, Jesús se levantó, salió y fue a un lugar desierto; allí estuvo orando". Mc 1, 29-36.

Como lo vemos en este Evangelio de hoy, Jesús nos muestra la sanación de muchos enfermos como también la liberación a personas poseídas por demonios.  Actos de misericordia y compasión que van ligados al poder divino y que nos enseña a cuidar y sanar a los demás, tanto física como espiritualmente brindando esperanza y liberación a aquellos que están oprimidos.

Miren, la acción de Jesús de retirarse a un lugar solitario para orar nos recuerda la importancia de buscar momentos de recogimiento y conexión con lo divino en medio de nuestras actividades diarias. Por lo tanto hermanos, hoy estamos invitados a encontrar equilibrio en nuestras vidas, priorizando la contemplación espiritual y la búsqueda de fortaleza en la oración.

Imitemos a Jesús su gran virtud y ejemplos de vida mostrando compasión hacia los más necesitados buscando la sanación y liberación en aquellos que más sufren, y encontrar momentos de tranquilidad para conectar sus vidas con lo sagrado.

Jesús, Tú si sabías darle el lugar que le corresponde a tu Padre en tu vida. Ni los milagros, ni la atención a tus discípulos te hacían olvidar lo fundamental: la oración. Permite que sepamos vivir tu estilo de vida. Queremos enamorarnos más de Ti para poder serte fiel  y, así, convertirnos en propagadores de tu amor entre todos los hombres.

 
posted by Laureano García Muentes at 4:25 a.m. | Permalink |


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