"Enséñame, Señor, tus Leyes"...Salmo 119.
REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY
Sábado 3 de Febrero del 2024
INTRODUCCION:
Jesús había enviado a sus doce apóstoles a diversas aldeas a predicar su buena noticia. A su regreso, le cuentan “cuanto habían hecho y enseñado”. Y Jesús busca un sitio apartado: “Venid vosotros solos a un sitio a descansar un poco”. Pero no lo lograron porque muchos de sus oyentes adivinaron el lugar a donde se dirigían a descansar y allí que se fueron. ¿Qué hizo Jesús? Como no podía ser de otro modo, se olvidó del descanso y les atendió. Y sin prisas, y sin “despacharles” en cinco minutos, “se puso a enseñarles con calma”, porque veía que estaban desorientados, “como ovejas sin pastor”. Les ofreció su palabra, sus enseñanzas, el camino para que encontrasen vida y vida en abundancia y luz suficiente para caminar con sentido y sin tinieblas. Estar con el Señor tiene un efecto sobre el corazón: lo hace atento a los otros, lo hace compasivo. ¿Somos sensibles a las necesidades de los demás? ¿Eso nos hace más disponibles, nos da iniciativa, nos hace adelantarnos al servicio de los hermanos?
Dice el texto del Evangelio que Él les dijo: "Vengan ustedes solos a un lugar desierto, para descansar un poco”. Porque era tanta la gente que iba y venía, que no tenían tiempo ni para comer. Entonces se fueron solos en la barca a un lugar desierto. Al verlos partir, muchos los reconocieron, y de todas las ciudades acudieron por tierra a aquel lugar y llegaron antes que ellos. Al desembarcar, Jesús vio una gran muchedumbre y se compadeció de ella, porque eran como ovejas sin pastor, y estuvo enseñándoles largo rato". Mc 6, 30-34.
Como lo observamos, Jesús desea vivir con sus discípulos unos momentos de intimidad para confrontar lo que realizaron y con ello encontrar nuevas fuerzas para seguir avanzando en el camino de la evangelización.
Un aspecto muy importante era retirarse para buscar un tiempo para interiorizar y evaluar los trabajos realizados y obtener las nuevas fuerzas para continuar con la siembra de manera alegre y valorando lo que se hace.
Jesús pastorea y guía, no solo a la gente, sino también a sus discípulos, olvida el descanso y se interesa por enseñar porque siente dolor y compasión porque nota que muchos andaban detrás de Él con el fin de cubrir sus necesidades básicas. Y entonces les enseña nuevas verdades entre ellas, el amor y la bondad.
Hermanos, que gran enseñanza nos deja hoy este Evangelio. Es importante que tú y yo nos preguntemos: ¿De verdad estamos imitando a Jesús cuando enseñamos a otros algo de la Fe? ¿Cuándo veo a mi lado personas necesitadas, salgo de mis comodidades para ayudarle? Recordemos que Jesús hoy nos enseña unas cualidades que todos debemos poseer.
Agradezcamos al Señor Jesús, por habernos regalado a un Padre Bueno y Pastor de todos los hombres. Pidámosle que nos conceda el imitar su ejemplo compasivo y misericordioso, como también, que aprendamos a mirar las necesidades de los demás antes que las nuestras.