sábado, febrero 10, 2024

"Acuérdate de mi, Señor, por amor a tu pueblo"...Salmo 106.

REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY

Sábado 10 de Febrero del 2024

INTRODUCCION:

Jesús nos enseña hoy a anteponer las necesidades de los pobres a las nuestras. Nuestras exigencias, incluso siendo legítimas, no serán nunca tan urgentes como las de los pobres, que no tienen lo necesario para vivir. Nosotros hablamos a menudo de los pobres. Pero cuando hablamos de los pobres, ¿nos damos cuenta de que ese hombre, esa mujer, esos niños no tienen lo necesario para vivir? Cuántas veces nosotros miramos hacia otra parte para no ver a los hermanos necesitados. Y este mirar hacia otra parte es un modo educado de decir, con guante blanco, «arreglaos solos». Y esto no es de Jesús: esto es egoísmo. SS. Francisco. (Ángelus, 3 de agosto de 2014)

En el Evangelio de hoy tomado de Mc 8, 1-10, Jesús sin desentenderse de la realidad que vivía la gente, muestra compasión y hace suya sus realidades. 

Dice el texto del Evangelio que: "A su alrededor volvió a reunirse con una gran multitud y no tenían que comer, entonces Jesús llama a sus discípulos y les dice: "Siento compasión de esta gente, porque hace ya tres días que permanecen conmigo y no tienen qué comer. Si los despido en ayunas a sus casas, desfallecerán en el camino, y algunos de ellos han venido de lejos". Sus discípulos le respondieron: "¿Cómo podrá alguien saciar de pan a éstos aquí en el desierto?". Él les preguntaba: "¿Cuántos panes tenéis?". Ellos le respondieron: "Siete". Entonces Él mandó a la gente acomodarse sobre la tierra y, tomando los siete panes y dando gracias, los partió e iba dándolos a sus discípulos para que los sirvieran, y ellos los sirvieron a la gente. Tenían también unos pocos pececillos. Y, pronunciando la bendición sobre ellos, mandó que también los sirvieran. Comieron y se saciaron, y recogieron de los trozos sobrantes siete espuertas. Fueron unos cuatro mil; y Jesús los despidió. Subió a continuación a la barca con sus discípulos y se fue a la región de Dalmanutá". Mc 8, 1-10

Este Evangelio del hoy nos narra como fue la segunda multiplicación de los panes y los peces. Y en él podemos apreciar a un Jesús compasivo y misericordioso que atiende las necesidades físicas de la gente, como también,  nos muestra su preocupación por aquellos que le siguen.

Jesús le da una gran enseñanza a sus  discípulos quienes veían  una situación difícil de resolver para dar de comer a una gran cantidad de personas, pero Él les muestra que, con fe y confianza en Dios, incluso lo que parece insuficiente puede ser multiplicado para satisfacer las necesidades de muchos.

Hermanos, este Evangelio nos recuerda que no importa cuán limitados nos parezcan nuestros recursos los cuales se hacen livianos y superables con la ayuda de Dios, pues con Él, las situaciones aparentemente imposibles se pueden realizar. 

Señor, gracias por tu corazón compasivo, un corazón que nunca pasa de largo que siente nuestras hambres más profundas y nos ofrece gratis el mejor alimento.

 
posted by Laureano García Muentes at 4:19 a.m. | Permalink |


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