jueves, febrero 08, 2024

"Acuérdate de mi, por amor a tu pueblo"...Salmo 106.

REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY

Jueves 8 de Febrero del 2024

INTRODUCCION:

La mujer que habla hoy el Evangelio de Mc 7, 24-27, había estado luchando con un flujo de sangre durante doce largos años. No solo sufría físicamente, sino que también su condición la marginaba de la sociedad, ya que se consideraba impura según la ley judía. Sin embargo, a pesar de su situación desesperada, ella nunca perdió la esperanza. A pesar de todas las limitaciones y el miedo que debió enfrentar, esta mujer decidió acercarse a Jesús con la esperanza de encontrar sanidad. Esta valiente acción de la mujer nos enseña que debemos acercarnos a Jesús, sin importar cuán grande sea nuestro sufrimiento o cuánto miedo nos invada. Debemos tener la fe de creer que Jesús tiene el poder de sanarnos y transformar nuestras vidas. Así como la mujer del flujo de sangre fue sanada, también nosotros podemos recibir sanidad en cualquier área de nuestras vidas si creemos en el poder de Jesús y nos acercamos a Él con fe.

El Evangelio de hoy tomado de nos presenta el relato de la curación de la hija de una mujer pagana poseída por un espíritu inmundo.

Dice el texto del Evangelio que: "Jesús se puso en camino a la región de Tiro y entró a una casa donde quería pasar inadvertido, pero no lo logró porque enseguida, oyendo hablar de Él una mujer pagana, sirofenicia de nacimiento, que tenía una hija poseída  por un espíritu inmundo, se postró a sus pies, rogándole con insistencia que expulsará de su hija un demonio. Jesús le respondió: "Espera que primero se sacien los hijos, pues no está bien tomar el pan de los hijos y echárselo a los perritos" Pero ella le respondió: "Sí, Señor; que también los perritos comen bajo la mesa migajas de los niños". Mc 7, 24-27.

Como lo leemos, Jesús no quería que nadie se enterará de su llegada, pero al llegar y al querer entrar en una de sus casas, una mujer no nacida en Israel, desesperada por las dolencias de su hija que estaba poseída, se enteró de su llegada y va hasta donde se encontraba, postrándose a sus pies. 

Pareciera que Jesús rechazara su solicitud, más  sin embargo la mujer persiste con humildad y fe y logra finalmente que Jesús le escuche elogiando su gran fe; y entonces, le concede la curación de su hija.

Hermanos, este Evangelio nos deja una gran enseñanza sobre la importancia de la fe, la persistencia y la humildad. 

Muchas veces nos puede parecer que nuestras oraciones no son escuchadas por Dios o que las bendiciones de parte de Él están fuera de nuestro alcance, pero, es allí donde debe hacerse firme nuestra fe y la confianza en la bondad del poder de Dios, como también sobre la apertura que debemos tener hacia las otras personas sin tener en cuenta razas, religiones, clases sociales. Es decir, estar siempre abiertos a la acogida y a salir a todas partes para hacer viva la universalidad del mensaje del amor y la salvación que  Él promovió y al que como sus discípulos nos invitan a realizar. 

Mantengamos el entusiasmo y la alegría al compromiso que libremente aceptamos de estar en permanente salida, manteniendo una fe fuerte siendo testigos de nuestro firme acercamiento a Dios y haciendo siempre su voluntad.  

Señor, ayúdanos a buscarte con todo nuestro corazón, pues, sabemos que sólo el encuentro contigo puede cambiar nuestras vidas. No permitas que nos cansemos de buscarte, sino más bien danos la gracia de ser cada vez mas perseverantes.

 
posted by Laureano García Muentes at 4:26 a.m. | Permalink |


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