"Que en sus días florezca la justicia, y la paz abunde eternamente"...Salmo 72.
REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY
Martes 5 de Diciembre del 2023
INTRODUCCION:
El Evangelio nos muestra la alegría inmensa de Jesús al comprobar la acción del Espíritu en la Misión a la que envió a sus setenta y dos discípulos. Una alegría compartida con los suyos, con tantas personas que abrieron su corazón a la Palabra y fueron sorprendidos por ella “viendo” con sus propios ojos la realidad de los tiempos nuevos irrumpiendo con fuerza en la vida de cada día. Jesús nos invita hoy a compartir su propia e íntima alegría, como lo hizo con sus discípulos, a descubrir en su Persona al Dios de la Promesa que sigue recreándonos cada día, desde su amistad y cercanía, con el Espíritu, un Espíritu de Sabiduría que nos hace “ver” a pesar de las oscuridades a veces impenetrables de un mundo saturado de saberes inútiles y egoístas.
En el Evangelio de hoy tomado de Lc 10, 21-24, Jesús lleno del Espíritu Santo se muestra alegre y alaba a Dios por revelarse en medio de la gente sencilla que va descubriendo en Él la capacidad de transformar todas las cosas.
Los setenta y dos que Él había enviado, regresaron contentos porque habían realizado proezas con la misma fuerza de Jesús. Él después de dar gracias a Dios dirige su oración al Padre, dice: "Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque, habiendo ocultado estas cosas a los sabios y a los prudentes, las has revelado a los pequeños. Sí, Padre, porque así lo has querido. Todo me ha sido dado por mi Padre, y nadie sabe quién es el Hijo, sino el Padre, como nadie sabe quién es el Padre, sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar”. Después, volviéndose hacia sus discípulos, Jesús les dijo a ellos solos: “¡Felices los ojos que ven lo que ustedes ven! Porque les digo que muchos profetas y reyes quisieron ver lo que ustedes ven y no lo vieron, oír lo que ustedes oyen y no lo oyeron”. Lc 10, 21-24.
Hermanos, el Evangelio de hoy nos muestra como es el corazón de Jesús quien se muestra alegre cada vez que sus discípulos muestran y comparten con otros sus experiencias misioneras.
Él los llama pequeños porque no son doctores sino personas sencillas, sin mucho estudio que con esmero y dedicación van entendiendo las cosas de Dios.
Jesús mira y hoy nos dice: "Bienaventurados" porque estamos viendo lo que los profetas no lograron ver: La acción del Reino de Dios en todas las cosas comunes de la vida, dar consuelo, echar los males de la vida y cuidar a los enfermos.
Jesús, enséñanos a creer en la verdad y fortalece nuestra fe cada día para así, realizar con amor, todo lo que Dios quiere que hagamos para vivir como quiere que vivamos.