lunes, diciembre 04, 2023

Que alegría cuando me dijeron: "¡Vamos a la casa del Señor!"...Salmo 122.

REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY

Lunes 4 de Diciembre del 2023

INTRODUCCION:

La fe en Jesucristo es la nota que define nuestro ser cristiano. Y en este tiempo de Adviento la Palabra nos invita a crecer en la fe. ¿Cómo podemos acoger a Jesús que viene, si no tenemos fe? ¿Cómo podremos descubrirle presente en el mundo y en nuestro corazón si nuestra confianza en él falla? Miremos lo que nos dice el texto del Evangelio: Un hombre confía en la fuerza de Jesús y cree en la Palabra que de su boca sale…Ello, le empuja el sufrir de su criado paralítico y doliente, y se encamina al que es Palabra de salud y vida. Y miren: Confía en la Palabra de ese Hombre que le inspira bondad y esperanza. Es Jesús de Nazaret el referente de todo buscador y necesitado. Si, su Palabra es capaz de fecundar vida y esperanzas. Por ello, tener fe no es solamente creer que Dios existe o que Jesús es el Hijo de Dios. Para todos los cristianos tener fe es creer que Jesús puede curar, puede salvar y puede hacernos plenamente feliz.

Celebramos hoy el primer lunes del Adviento y el Evangelio tomado de Mt 8, 5-11 nos presenta la postura  y conducta de un centurión Romano quien al recibir la noticia de la llegada de Jesús a Cafarnaúm procede a  acercarse a Él para rogarle la sanidad de un hijo de su criado de confianza quien estaba en cama padeciendo mucho de una parálisis. Él le dice: " “Señor, mi sirviente está en casa enfermo de parálisis y sufre terriblemente”. Jesús le dijo: “Yo mismo iré a sanarlo”. Pero el centurión respondió: “Señor, no soy digno de que entres en mi casa; basta que digas una palabra y mi sirviente se sanará.".

Jesús vio en el Centurión una Fe activa y una confianza absoluta en su Palabra. A pesar de declararse indigno le abre la puerta de su corazón y le dice: " Basta que digas una palabra y mi muchacho quedará sano". 

El Centurión pertenecía al pueblo romano donde ejercía su profesión militar, pero creyó y le apostó a Jesús como su Señor y Salvador 

Hoy hermanos les invito a mirar la experiencia del Centurión y preguntarse: ¿Esta experiencia personal me ayuda a creer más en Jesús y en su poder sanador y liberador?

A Ti me acojo, Señor, al comenzar el día: protégeme. En ti pongo mi confianza, como un niño en su madre: ayúdame. A Ti abro mi vida, mis proyectos y los planes que tengo pensado realizar en este día. Acompáñame.

 
posted by Laureano García Muentes at 4:11 a.m. | Permalink |


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