viernes, noviembre 24, 2023

"Alabamos, Señor, tú nombre glorioso"... Int.1Cor29.

REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY

Viernes 24 de Noviembre del 2023

INTRODUCCION:

El pasaje del Evangelio de hoy es muy conocido y sobre él, se ha escrito de todo y bajo muchos puntos de vista. Este nos invita a reflexionar la vida y a preguntarnos sobre algunos aspectos: ¿Cómo andamos nosotros de mercaderes en nuestro templo? Miren, hoy vemos a un Jesús airado, enfadado de verdad con aquellos que han convertido la casa de su Padre en un mercado, con los que se dedican a hacer negocio en el lugar donde solo se debería ir a orar, en el lugar donde solo se debería sentir la presencia de Dios. Nosotros, los hijos de Dios, somos templos del Espíritu Santo, somos un lugar para el Señor, el sitio de nuestra alma inmortal ¿Cómo andamos de mercaderes? ¿Cómo andamos de materialismo, de rencor, de envidia? ¿Cuántos odios habitan en nosotros, cuántos olvidos del prójimo, cuántas faltas de caridad y amor? A poco que hagamos un examen de conciencia comprobaremos que poco a poco lo que es ajeno a Dios está invadiendo las estancias de nuestro interior, amenazando nuestros corazones y convirtiendo nuestro templo en un mercado donde todo se compra y se vende y donde queda poco espacio para el Señor.

Como lo leemos en el Evangelio de hoy tomado de Lc 19, 45-48, Jesús al entrar al templo de Jerusalén y ver que estaba convertido en un lugar de comercio especulativo, le reclama fuertemente a los mercaderes diciéndoles: "«Está escrito: Mi casa será una casa de oración, pero ustedes la han convertido en una cueva de ladrones". Y diariamente enseñaba en el Templo. Los sumos sacerdotes, los escribas y los más importantes del pueblo, buscaban la forma de matarlo. Pero no sabían cómo hacerlo, porque todo el pueblo lo escuchaba y estaba pendiente de sus palabras". Lc 19, 45-48.

Jesús se molestó y tomó una actitud a la que no estábamos acostumbrados a ver. Él nos venía hablando del perdón, de la misericordia, de ser mansos  y humildes de corazón, pero hoy, como lo leemos en el Evangelio, toma una actitud fuerte, grita lleno de rabia y reclama a los vendedores que encontró en el templo que este, lo habían convertido en un mercado y cueva de ladrones. 

Su actitud franca y llena de celo fue rechazada por las autoridades religiosas pero, el pueblo estaba con Él, pues entendían muy bien que ese lugar era un lugar de oración. 

No solo los vendedores y mercaderes se habían convertido en verdaderos usureros y explotadores del pueblo y los peregrinos que visitaban a Jerusalén, sino también, las autoridades religiosas que recibían dádivas por las ventas y su servicio. 

Hermanos, quizás hoy también Jesús reaccionaría así frente a nuestra falta de compromiso y por vivir en nuestras comunidades en frecuentes desavenencias y divisiones a raíz de las incomprensiones, la intolerancia y la falta de amor mutuo. Hoy, estamos invitados a ser servidores y colaboradores haciendo visible la Buena Noticia del Reino de Dios. No podemos olvidar que fue el mismo Jesús quien fundó la Iglesia,  una Iglesia donde se ha de vivir el encuentro, la fraternidad y el testimonio de vida para que así, sea verdaderamente misionera.

Señor, así como purificaste el templo de Jerusalén, te suplicamos que vengas hoy a nuestros corazones, tu templo sagrado, para que nos muestres lo qué tenemos que expulsar de nuestras vidas para quedar purificados, reconciliados y dignos de Ti.
 
posted by Laureano García Muentes at 4:39 a.m. | Permalink |


0 Comments:


<body>