"Bendigo al Señor en todo momento"...Salmo 34.
REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY
Martes 14 de Noviembre del 2023
INTRODUCCION:
¡Cuántas veces esperamos recompensa por nuestros servicios! Creemos que somos imprescindibles y que, sin nosotros, la Iglesia estaría incompleta. Contra esta actitud soberbia y vanidosa, nos alerta hoy el Señor. El que se siente pobre, humilde, no espera recompensa, porque no hay ningún motivo de gloria en lo que hacemos, al contrario, servir debería ser para nosotros el motivo de gloria. Deberíamos ser nosotros quienes diéramos continuamente gracias a Dios por habernos llamado a su Iglesia, por habernos concedido ser hijos suyos por el Bautismo, y porque nos permite estar en su Iglesia. ¿Cómo podemos entender si realmente tenemos fe genuina, pura y directa? Jesús nos lo explica indicando cuál es la medida de la fe: el servicio. A nosotros nos toca dar amor, con humildad, desde nuestra pequeñez y pobreza, pero siempre desde el amor.
Jesús toma de ejemplo lo que en cotidianidad vive la gente de su tiempo.
Miremos algo importante: En esa época los siervos eran quienes debían estar prestos a las tareas que les correspondían sin esperar recompensa alguna.
Y ante esa situación Jesús les dice a los discípulos: "El Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir y dar la vida en rescate de muchos" Mt 20, 20-28. Con esta frase Él nos da una gran lección: estar siempre dispuestos al servicio hacia los demás pero con humildad.
Hermanos, la humildad debe prevalecer ante toda circunstancia. Pero ojo, hoy muchos de nosotros somos demasiado exigentes ante Dios y, haciendo uso de oraciones le reclamamos una compensación por el trabajo que realizamos para Él. Quienes actuamos así nos equivocamos porque Jesús nos propone algo diferente: hacernos servidores del Reino por amor a Dios haciendo lo que hay que hacer.
Jesús nos exige que maduremos en la confianza y la amistad con Él; es decir, fortaleciendo la comunicación mediante la oración sincera y constante.
Recordemos que Dios nos dio la capacidad de ser libres de hacer lo que se nos venga en gana, claro, sin olvidar que tenemos obligaciones que no debemos dejar de cumplir.
No podemos olvidar que si descuidamos la fe, esta se va diluyendo hasta quedar reducida a una costumbre.
Señor, ayúdanos a decir: "Somos siervos inútiles, hemos hecho lo que teníamos que hacer". Te suplicamos nos des toda tu gracia y misericordia para poder ser humildes en lo más profundo de nuestro corazón para ser dignos de presentarnos ante Ti y decirte: "Cumplimos con lo que debíamos hacer".