sábado, noviembre 11, 2023

"Bendeciré tu nombre por siempre, Dios mío, mi Rey"...Salmo 145.

REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY

Sábado 11 de Noviembre del 2023

INTRODUCCION:

Jesús no habla solo a los Sumos Sacerdotes y Ancianos del pueblo, les habla a los que le siguen como sus discípulos. El sabe que todos están en medio de situaciones injustas, de sistemas que causan dolor y sufrimiento al ser humano. Sistemas políticos, económicos, sociales que violan la dignidad y los derechos de la persona. Manipulaciones de la conciencia y privación de la libertad; no se trata sólo del dinero habido injustamente, se trata de la situación de pecado y mal en que se encuentra y del que tiene que escapar. El modo de hacerlo es transformando lo que está deformado, sacando de los males bienes.  No se trata de cooperar con lo que origina el mal, sino venciéndolo a fuerza de bien. No colaborar con los sistemas injustos “dinero de iniquidad”, sino modificando en su raíz las situaciones injustas, para que cada ser humano pueda experimentar algo nuevo, valioso y que conduce a la vida verdadera. Jesús les invita a ser fieles, responsables en lo pequeño en lo que afecta la vida de cada día, para así incidir en lo que es mayor. 

En el Evangelio de hoy tomado de Lc 16, 9-15, Jesús declara a los Fariseos  como personas detestables. Y es que ellos se creían justos y cumplidores de la ley, pero sus acciones y actitudes decían lo contrario. 

Jesús les decía a sus discípulos: "“Gánense amigos con el dinero de la injusticia, para que el día en que éste les falte, ellos los recibirán en las moradas eternas. El que es fiel en lo poco también es fiel en lo mucho, y el que es deshonesto en lo poco también es deshonesto en lo mucho. Si ustedes no son fieles en el uso del dinero injusto, ¿Quién les confiará el verdadero bien? Y si no son fieles con lo ajeno, ¿Quién les confiará lo que les pertenece a ustedes? Ningún servidor puede servir a dos señores, porque aborrecerá a uno y amará al otro, o bien se interesará por el primero y menospreciará al segundo. No se puede servir a Dios y al Dinero”. Los fariseos, que eran amigos del dinero, escuchaban todo esto y se burlaban de Jesús. Él les dijo: “Ustedes aparentan rectitud ante los hombres, pero Dios conoce sus corazones. Porque lo que es estimable a los ojos de los hombres resulta despreciable para Dios” Lc 16, 9-15.

El Evangelio nos presenta una enseñanza que nos invita a reflexionar sobre el valor que le damos al dinero y a los bienes materiales en nuestra vida. Jesús nos recuerda que no podemos servir a dos amos, a Dios y al dinero al tiempo, pues terminaremos por amar a uno y odiar al otro. 

Es fácil caer en la tentación de pensar que nuestras posesiones y riquezas son lo que nos dan seguridad y felicidad en la vida, perdiendo así de vista lo que realmente importa: nuestra relación con Dios y con las demás personas. Por ello, Jesús nos exhorta a ser fieles administradores de los recursos que Él nos ha confiado, utilizando el dinero y los bienes materiales para el bien común y para ayudar a las personas que sufren. 

Hermanos, reflexionemos sobre nuestras prioridades y de ese lugar que le damos a Dios en nuestra vida. Recordemos que la verdadera riqueza se encuentra en el amor y en el servicio a los demás.

Señor, sabemos que la vida no sirve de nada si no la damos por Ti. Tu sabes cuánto nos cuesta desprendernos del tiempo, gustos y haberes. Ayúdanos a tomar una decisión irrevocable, sin tratar de servirte a Ti y al mundo.

 
posted by Laureano García Muentes at 4:13 a.m. | Permalink |


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