viernes, noviembre 10, 2023

"Que todos los pueblos aclamen al Señor "... Salmo 98.

REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY

Viernes 10 de Noviembre del 2023

INTRODUCCION:

Jesús presenta este ejemplo en la parábola de hoy no como una exhortación a la deshonestidad, sino como una astucia. El alabó a ese administrador injusto, porque había obrado astutamente, es decir, con esa mezcla de inteligencia y astucia, que le permite superar situaciones difíciles. Jesús nos invita a ser astutos y buenos, inteligentes y generosos, creativos y honrados. El quiere que pongamos todas nuestras capacidades al servicio de nuestros  hermanos, los mas necesitados. Sin embargo, tenemos que reconocer que a veces nos parecemos bastante al administrador injusto. Utilizamos la astucia, la inteligencia, la creatividad solamente a favor nuestro y a veces en contra de los demás.

En el Evangelio de hoy tomado de Lc 16, 1-8  Jesús instruye a sus discípulos con esta parábola les dice: “Gánense amigos con el dinero de la injusticia, para que el día en que éste les falte, ellos los recibirán en las moradas eternas. El que es fiel en lo poco también es fiel en lo mucho, y el que es deshonesto en lo poco también es deshonesto en lo mucho. Si ustedes no son fieles en el uso del dinero injusto, ¿Quién les confiará el verdadero bien? Y si no son fieles con lo ajeno ¿Quién les confiará lo que les pertenece a ustedes? Ningún servidor puede servir a dos señores, porque aborrecerá a uno y amará al otro, o bien se interesará por el primero y menospreciará al segundo. No se puede servir a Dios y al Dinero” Lc 16, 9-13.

Jesús nos recuerda que no podemos servir a dos amos al mismo tiempo. Miremos lo que nos dice hoy el Evangelio: Por un lado, podemos elegir servir a Dios, y por otro, podemos elegir servir al dinero y a las riquezas. El problema de elegir servir al dinero es que nos distrae de nuestra verdadera misión y propósito en la vida, que es amar y servir a Dios y a los demás. 

Como lo vemos, Jesús les advierte a sus discípulos que no se puede amar a Dios y al dinero al mismo tiempo, porque eventualmente terminaremos eligiendo uno sobre el otro.

Por esa razón nos equivocamos cuando pensamos que servir a Dios y permitir que Él sea nuestro verdadero maestro y guía parecerá que con este hecho estamos perdiendo algo importante de la vida, pero en realidad, lo que estamos logrando es ganar algo mucho más grande y valioso, que es: la verdadera felicidad y el gozo en la vida que solo puede venir de servir a Dios y a los demás.

Preguntémonos: ¿Estamos siendo fieles, valientes y audaces para testimoniar al Señor en todos los ambientes donde nos movemos?.

Señor, gracias por todas las capacidades que nos has dado. Ayúdanos a reconocerlas y agradecerlas y a ponerlas al servicio de los hermanos mas necesitados de tu Reino, de tu justicia, verdad, amor y paz.

 
posted by Laureano García Muentes at 4:22 a.m. | Permalink |


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