martes, octubre 31, 2023

"Grandes cosas has hecho por nosotros, Señor"...Salmo 126.

REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY

Martes 31 de Octubre del 2023

Una cuestión habitual dentro de la doctrina de los maestros religiosos judíos de aquel tiempo da paso a las parábolas del grano de mostaza y a la levadura. Estas parábolas nos ilustran el modo como Jesús va viviendo la experiencia de Dios como Padre y la forma como esa experiencia debe irse enraizando en cada persona y en cada sociedad. El reino glorioso de Dios comienza ya, desde ahora e inicia en la humildad de los corazones de los creyentes. De una minúscula semilla brota la vida más exuberante: un árbol que crece y da cobijo a otros seres, adonde “vienen  las aves del cielo y anidan en sus ramas”. Por eso tenemos que mirar desde lo pequeño de nuestra vida la grandeza y el poder de Dios.

El Evangelio de hoy tomado de Lc 13, 18-21 nos trae dos parábolas: La Semilla de Mostaza y la La Levadura. 

Jesús les decía a la gente: “¿A qué se parece el Reino de Dios? ¿Con qué podré compararlo? Se parece a un grano de mostaza que un hombre sembró en su huerta; creció, se convirtió en un arbusto y los pájaros del cielo se cobijaron en sus ramas”. Dijo también: “¿Con qué podré comparar el Reino de Dios? Se parece a un poco de levadura que una mujer mezcló con gran cantidad de harina, hasta que fermentó toda la masa”. Lc 13, 18-21

Hermanos, la forma de enseñar de Jesús está basada en la sencillez y con base en ella sus Palabras las entendemos todos. 

Y es que el Reino de Dios es una realidad que crece cada día y momento. Aunque su apariencia sea insignificante, como lo compara Jesús con la semilla de mostaza, por dentro contiene una vitalidad arrolladora. Cuando ese grano cae en tierra, aunque sufra la muerte, genera vida abundante porque se convertirá más adelante en un árbol frondoso donde se refugiaran y vivirán muchos hombres.

Jesús también compara el Reino de Dios con la levadura. Esta es un elemento vivo que tiene en su interior una fuerza que transforma. Esa fuerza está oculta como en la semilla de mostaza y aunque silenciosa activa y contagia para convertirse en alimento. 

Este Evangelio hermanos, nos invitan a que nos dejemos impulsar de ese doble dinamismo del Reino de Dios para extenderse, fermentar y transformar el mundo. 

Señor, creemos en Ti, pero danos una fe que no cuestione ni pida señales. Confiamos en Ti, pero ayúdanos a seguirte aunque no nos gusten las exigencias del camino. Te queremos, pero necesitamos que se fecunde en nosotros la semilla de tu amor para que crezca vigorosamente.

 
posted by Laureano García Muentes at 4:59 a.m. | Permalink |


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