lunes, octubre 23, 2023

"Bendito sea el Señor, Dios de Israel, porque ha visitado a su pueblo"...Int.Lc 1

REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY

Lunes 23 de Octubre del 2023

Es muy importante saber dónde estamos apoyamos nuestra vida, a qué damos más importancia para encontrar el sentido y la felicidad que todos siempre vamos buscando. Como lo leemos en el Evangelio, Jesús aprovecha la ocasión para recordar a su interlocutor y a todos nosotros que “aunque uno ande sobrado de los bienes materiales, la vida no depende de esos bienes”. Y lo ilustra con la parábola del hombre rico que tuvo una gran cosecha acumulando más y más bienes,  creyendo que así tendría la vida resuelta y gozar de ella. De lo que se trata, sin descuidar la vida material, es de ser rico ante Dios, que es lo mismo que adentrarse por los caminos que nos señala Jesús, los que nos llevan a la felicidad parcial en esta vida y la total después de nuestra muerte. Esos caminos, bien los sabemos, son los caminos del amor, del perdón, de la entrega, de la sencillez, de la limpieza de corazón, de la amistad con Dios y los hermanos…algo que no llena la cartera de dinero pero sí el corazón de la felicidad deseada. Hoy Jesús nos invita a considerar que las riquezas pueden encadenar el corazón y distraerlo del verdadero tesoro que está en el cielo. 

En el Evangelio de hoy tomado de Lc 12, 13-21 vemos a un hombre que se le acerca a Jesús para pedirle algo inesperado: Maestro, quiero que me ayude a exigirle a mi hermano que me dé la parte que me corresponde de mi herencia y Él le respondió con claridad y firmeza: "¡Amigo, ¿Quién me ha nombrado juez o árbitro entre ustedes?"; y para darle una ejemplar enseñanza le dice: "Cuídense de toda avaricia porque aún en medio de la abundancia, la vida de un hombre no está asegurada en las riquezas" y le dio a conocer la siguiente parábola: "Había un hombre rico, cuyas tierras habían producido mucho, y se preguntaba a sí mismo: “¿Qué voy a hacer? No tengo dónde guardar mi cosecha”. Después pensó: “Voy a hacer esto: demoleré mis graneros, construiré otros más grandes y amontonaré allí todo mi trigo y mis bienes, y diré a mi alma: Alma mía, tienes bienes almacenados para muchos años; descansa, come, bebe y date buena vida”. Pero Dios le dijo: “Insensato, esta misma noche vas a morir. ¿Y para quién será lo que has amontonado?”. Esto es lo que sucede al que acumula riquezas para sí, y no es rico a los ojos de Dios". Lc 12, 13-21.

Hermanos, la avaricia es un pecado capital y Jesús mismo nos insiste en no dejarnos llevar por él. "El que no renuncie a todo lo que posee, no puede ser discípulo mío"

Miremos: Jesús hoy nos ilustra con una parábola donde vemos a un hombre rico que solo piensa en acumular riquezas y dedicarse a disfrutar largos años de una buena vida. Nunca pensó que la muerte le podría sobrevenir en cualquier momento. Era como lo cataloga Jesús, "un hombre insensato "porque olvida a Dios y solo piensa en el disfrute de la riqueza. 

Hoy este Evangelio nos está invitando a que vayamos recuperando la alegría de vivir, agradecer y celebrar sin guardarse para si lo recibido. Es importante que lo recibido por la gracia de Dios sea compartido con otros y principalmente con aquellos que necesitan, para que así, aprovechen también  esas bendiciones de Dios. 

Señor, líbranos de la codicia de tener mucho dinero y haznos generoso, como Tú. Líbranos también de la codicia de acaparar mucho poder para así, hacernos servicial, como Tú.

 
posted by Laureano García Muentes at 5:08 a.m. | Permalink |


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