domingo, octubre 29, 2023

"Yo te amo, Señor, tú eres mi fortaleza"...Salmo 18.

REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY

Domingo 29 de Octubre del 2023

Jesús enseña a las autoridades judías que la ley divina consiste esencialmente en corresponder al amor de Dios rechazando la idolatría y no endiosando nada ni a nadie que no sea Él mismo y tratándonos los unos a los otros como hermanos porque somos hijos de un mismo Creador, con todo lo que esto implica en el sentido del reconocimiento efectivo de la dignidad y los derechos de todas las personas. El les dice muy claramente que la puesta en práctica de esos mandamientos (los tres primeros referidos directamente a Dios y los otros siete al prójimo) debía ser la forma de corresponder al amor de Dios en el marco de un pacto celebrado entre Él y su pueblo en tiempos de Moisés. 

En el Evangelio de hoy tomado de Mt 22, 34-40, podemos apreciar la insistencia constante de las autoridades judías de hacer  caer a Jesús en un error y tener un motivo para señalarle y llevarlo ante las autoridades.

Hoy, como lo leemos en el texto del Evangelio, "Los Fariseos al enterarse que Él había hecho callar a los Saduceos, se reunieron con Él, y uno de ellos, doctor de la Ley, le preguntó maliciosamente para ponerlo a prueba: "Maestro, ¿Cuál es el mandamiento más importante en la Ley?" y Jesús le respondió: "Amaras al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente". Este es el precepto más importante; pero el segundo es equivalente: "Amarás al prójimo como a ti mismo". De estos dos mandamientos depende la Ley entera y los profetas". Mt 22, 34-40.

Este pasaje nos enseña que el amor es el principio fundamental de nuestra relación con Dios y con los demás. Es un llamado a poner a Dios en el centro de nuestras vidas y a tener una relación profunda y significativa con Él.

Jesús nos llama a amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos. Esto significa que el amor no es solo un sentimiento, sino una acción. Debemos tratar a los demás con el mismo cuidado, respeto y preocupación que tenemos por nosotros mismos.

Hermanos, en este mundo donde a menudo se nos invita a poner nuestras necesidades y deseos en el primer lugar, puede ser difícil recordar que también tenemos la responsabilidad de amar y cuidar a nuestro prójimo. Si incorporamos este mandamiento en nuestras vidas, seremos capaces de experimentar una vida diferente, llena de amor, compasión y paz con nosotros mismos y con los demás.

Señor, queremos que seas Tú el fondo y el sentido de todo lo que hacemos. Que nuestro trabajo, amistades y pasatiempos sean para Ti y por Ti en primer lugar. Queremos amarte con todo nuestro corazón, y por eso hoy te ofrecemos todo lo que hay en él: mis intereses, mis deseos, también mi necesidad y mi pecado

 
posted by Laureano García Muentes at 5:35 a.m. | Permalink |


0 Comments:


<body>