lunes, octubre 30, 2023

 "Nuestro Dios es un Dios que salva"...Salmo 68.

REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY

Lunes 30 de Octubre del 2023

Este Evangelio de hoy me hace pensar en todas aquellas personas que tienen alguna enfermedad física, psicológica, familiar, social, económica, de trabajo, etc. Y muchas veces nuestros sábados (moral) nos impide extender los brazos o pedir que nos tomen la mano para que al menos recibir un consejo que ayude a resolver esos problemas. Meditemos que actitud he tomado cuando veo a alguien con enfermedades de cualquier tipo ¿Les extiendo mi mano para ayudarles a sanar y resolverlas?, ¿Mi ayuda hacia los demás es sin hipocresía, desinteresada?, ¿Entiendo que muchas veces la moral bloquea o perturba mis acciones y actitudes de acuerdo a lo que Dios ha sembrado en mi corazón? Recordemos que la vida espiritual, aunque esté oculta a nuestros ojos, tiene una dimensión infinitamente superior a las acciones puramente materiales. Así que un acto de caridad hecho por amor a Dios embellece el alma de tal manera que nos quedaríamos extasiados si pudiéramos contemplarla. 

El Evangelio de hoy tomado de Lc 13, 10-17 nos narra el milagro de Jesús a una mujer que se encontraba encorvada desde hacía dieciocho años y que estaba poseída de un espíritu.

Dice el texto del Evangelio que, la mujer estaba completamente encorvada y no podía enderezarse de ninguna manera. Jesús al verla, la llamó y le dijo: "Mujer, estás sanada de tu enfermedad”, y le impuso las manos. Ella se enderezó en seguida y glorificaba a Dios. Pero el jefe de la sinagoga, indignado porque Jesús había sanado en sábado, dijo a la multitud: “Los días de trabajo son seis; vengan durante esos días para hacerse sanar, y no el sábado”. Lc 13, 10-13.

Como lo podemos apreciar en el Evangelio, Jesús deja en claro tanto al jefe de la sinagoga como a la gente que se encontraba allí reunida que su necesidad principal eran aquellas personas que sufrían necesidades y enfermedades. Algo contrario a lo que establecían los preceptos de la ley judía.

Jesús enseña sobre la importancia de vivir la condición de hijos de Dios y que no hay ley alguna que pueda ir en contra de ese deseo que Él tiene para con nosotros. Él invita a mirar al cielo y liberarse de todos los males para vivir con dignidad.

Hermanos, son aquellos hombres que están libres y exentos de las imperfecciones morales, con un corazón puro, honesto y respetuoso los que no se han dejado encorvar su cuerpo con las seguridades que ofrece el mundo los que veremos a Dios.

"Feliz quien no sigue consejos de malvados, ni anda mezclado con pecadores, ni en grupos de necios toma asiento, sino que se recrea en la ley de Yahvé susurrando su ley día y noche" Salmo 1, 1-2.

Señor, te pedimos que nos sanes y nos dejemos guiar por Ti, danos la luz de Dios. para que seamos capaces de confesar nuestras ceguera, nuestra miopía y, sobre todo, el orgullo.

 
posted by Laureano García Muentes at 5:20 a.m. | Permalink |


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