martes, noviembre 07, 2023

"Guarda mi alma en la paz junto a ti, Señor "...Salmo 131

REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY

Martes 7 de Noviembre del 2023

INTRODUCCION:

En el Evangelio leeremos la parábola de los invitados al banquete que ponen excusas cuando el Señor los invita a su casa. Cuando invitamos a alguien a nuestra casa, lo hacemos porque conocemos al invitado y compartimos con esa persona algo de nuestra propia vida. Pero en ocasiones podemos ser como esos invitados que ponen toda clase de excusas para no asistir. Miren: Cuando vivimos la oscuridad de la fe, cuando a veces no comprendemos las cosas que nos pasan…ponemos miles de excusas, preferimos guardar nuestras pocas seguridades, antes de lanzarnos a la misión y confiar en los planes de Dios. Nos asusta la gratuidad y el hecho de ser uno como los demás. Si, es el egoísmo, el querer estar en el centro de todo.  Entonces así, es difícil escuchar la voz de Jesús, la voz de Dios. No pongamos excusas, seamos cristianos valientes, seguidores de Cristo, abandonados por completo a los designios de Dios. No tengamos miedo. Dios nos quiere santos y felices.

En el Evangelio de hoy tomado de Lc 14, 15-24 Jesús dirigiéndose de manera insistente a los Sumos Sacerdotes y Fariseos les explica como Dios llama a todos los hombres a participar de gran Banquete del Reino; y lo hace a través de una parábola. 

Él había sido invitado un día sábado a comer en la casa de uno de los principales Fariseos; y allí, uno de los invitados le dijo: "Feliz el que se siente a la mesa en el Reino de Dios" Entonces Él le respondió con la siguiente parábola: "Un hombre preparó un gran banquete y convidó a mucha gente. A la hora de cenar, mandó a su sirviente que dijera a los invitados: «Vengan, todo está preparado». Pero todos, sin excepción, empezaron a excusarse. El primero le dijo: «Acabo de comprar un campo y tengo que ir a verlo. Te ruego me disculpes». El segundo dijo: «He comprado cinco yuntas de bueyes y voy a probarlos. Te ruego me disculpes». Y un tercero respondió: «Acabo de casarme y por esa razón no puedo ir». A su regreso, el sirviente contó todo esto al dueño de casa, y éste, irritado, le dijo: «Recorre en seguida las plazas y las calles de la ciudad, y trae aquí a los pobres, a los lisiados, a los ciegos y a los paralíticos». Volvió el sirviente y dijo: «Señor, tus órdenes se han cumplido y aún sobra lugar». El señor le respondió: «Ve a los caminos y a lo largo de los cercados, e insiste a la gente para que entre, de manera que se llene mi casa. Porque les aseguro que ninguno de los que antes fueron invitados ha de probar mi cena" Lc 14, 15-24.

Dios invita a que disfrutemos de su Reino pero pone condiciones para poderlo disfrutar. La más importante es llegar a él con una vida en gracia y rectitud de corazón. 

Con la parábola de hoy, Jesús también nos enseña como Dios hace todo lo posible para que a su banquete vayan muchos invitados. A Él no le interesan los estratos sociales, ni costumbres religiosas o de razas, todos los hombres serán bien recibidos. 

Hermanos, Jesús nos dice hoy a ti y a mi: "Dichosos aquel que participe en el banquete del Reino de Dios" por tanto no desperdiciamos los dones que Él nos regala y desechemos todas aquellas seguridades que el mundo nos brinda. 

Señor, creemos en Ti, esperamos en Ti y te amamos. No somos dignos de acercarnos a Ti porque te hemos fallado, pero confíanos en tu misericordia. Queremos responder con prontitud a tu invitación, participando con toda nuestras capacidades y talantes, mente y corazón en el banquete que nos tienes preparado.
 
posted by Laureano García Muentes at 4:23 a.m. | Permalink |


0 Comments:


<body>