miércoles, noviembre 22, 2023

"Escóndeme, Señor, bajo la sombra de tus alas"...Salmo 17

REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY

Miércoles 22 de Noviembre del 2023

INTRODUCCION:

¿Cómo puedo hacer realidad este evangelio en mi vida? Dios nos ha dado a todos muchos talentos. Algunos talentos son más vistosos, más valorados por nosotros mismos, por la familia, por la Iglesia, por la sociedad. Otros son más discretos, menos visibles, menos valorados y, normalmente, más importantes. ¿Cuáles son mis talentos? ¿Cuáles son los que más valoro? A veces no nos damos cuenta ni valoramos los talentos de los demás. Y, por consiguiente, no les ayudamos a desarrollar lo que han recibido. Hay personas que se sienten sin talentos, sin capacidades... El miedo y la falta de confianza las arrincona, van perdiendo lo poco que tienen. La enseñanza de la parábola es clara: tenemos que trabajar los talentos recibidos. Los tenemos que multiplicar. Y no por miedo a Dios, sino porque cuando desarrollamos las capacidades recibidas nos enriquecemos, enriquecemos a nuestra comunidad y a la sociedad en que vivimos. ¿Qué talentos tendríamos que desarrollar más? 

El Evangelio de hoy tomado de Lc 19, 11-28 nos habla de la Parábola de los Talentos. Con esta, Jesús enseña a la gente sobre la toma de conciencia de hacer fructificar los dones que Dios nos ha confiado.

Dice el texto del Evangelio, que Jesús estaba ya cerca de Jerusalén y la gente pensaba que el Reino de Dios anunciado por Él, se iba a manifestar en cualquier momento. Entonces, Jesús les compartió la siguiente enseñanza: “Un hombre de familia noble fue a un país lejano para recibir la investidura real y regresar en seguida. Llamó a diez de sus servidores y les entregó cien monedas de plata a cada uno, diciéndoles: "Háganlas producir hasta que yo vuelva". Pero sus conciudadanos lo odiaban y enviaron detrás de él una embajada encargada de decir: "No queremos que este sea nuestro rey". Al regresar, revestido de la dignidad real, hizo llamar a los servidores a quienes había dado el dinero, para saber lo que había ganado cada uno. El primero se presentó y le dijo: "Señor, tus cien monedas de plata han producido diez veces más". "Está bien, buen servidor" –le respondió–; "ya que has sido fiel en tan poca cosa, recibe el gobierno de diez ciudades". Llegó el segundo y le dijo: "Señor, tus cien monedas de plata han producido cinco veces más". A él también le dijo: "Tú estarás al frente de cinco ciudades". Llegó el otro y le dijo: "Señor, aquí tienes tus cien monedas de plata, que guardé envueltas en un pañuelo. Porque tuve miedo de ti, que eres un hombre exigente, que quieres percibir lo que no has depositado y cosechar lo que no has sembrado". Él le respondió: "Yo te juzgo por tus propias palabras, mal servidor. Si sabías que soy un hombre exigente, que quiero percibir lo que no deposité y cosechar lo que no sembré, ¿por qué no entregaste mi dinero en préstamo? A mi regreso yo lo hubiera recuperado con intereses". Lc 19, 11-25.

La gente que seguía a Jesús pensaba que a su llegada a Jerusalén, manifestaría a todos la admiración del Reino de Dios. 

Esta parábola de hoy es muy conocida por todos nosotros. Y también la presenta el Evangelista Mateo y forma parte de los Evangelios Sinópticos, pero, la finalidad que nos presenta San Lucas no es igual a la que utiliza San Mateo porque Lucas nos hace ver la necesidad de la ida de Jesús y lo referente a la espera de su segunda venida (juicio final y eterno por parte de Dios) lo que se llama La Parusía.

Entonces es importante que recordemos que Dios a cada uno de nosotros nos a otorgado cualidades y dones para multiplicar y enseñar a otros; y de ello, tenemos una responsabilidad para utilizarlos en la construcción del Reino de Dios en todos los lugares del mundo. 

Él nos confió dones y talentos, pero, aún hoy son muchos los que se desentienden de ellos y hasta los olvidan, como también vemos, que hay muchos que se muestran tranquilos y hasta confiados en que Jesús es quien nos dará todo y es Él quien los hará reproducir; y entonces, salen a todos los lugares en la búsqueda de sus propios intereses.

Hermanos, Jesús hoy nos desafía a ti y a mí y nos pregunta: ¿con cuál de esos servidores de la parábola me veo identificado?  Él hoy nos está enseñando que tenemos que ser corresponsables con las gracias y dones que de Dios hemos recibido y por lo tanto, hacer todos los esfuerzos necesarios para que estos produzcan en abundancia ganancias para Dios.

Señor, gracias por los talentos que nos has dado. No permitas que la apatía o el desánimo nos lleven a enterrarlos o a utilizarlos para nuestro beneficio personal. Ilumina estos momentos de oración y permite que nos acerquemos mas a Ti con confianza y con un corazón sincero, para desprendernos de nuestra propia voluntad.
 
posted by Laureano García Muentes at 4:11 a.m. | Permalink |


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