domingo, diciembre 03, 2023

"Oh Dios, restáuranos; que brille tu rostro y nos salve"...Salmo 79.

REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY

Domingo 3 de Diciembre del 2023

Iniciamos hoy el tiempo de preparación espiritual para vivir la celebración del nacimiento del Hijo de Dios, Jesús, el Cristo, el Salvador. Es un tiempo para la oración y la reflexión que requiere de nosotros Vigilancia, arrepentimiento, perdón y alegría y tiene una duración de cuatro semanas. Este tiempo es un tiempo privilegiado lleno de gracias de parte de Dios para todos los que seguimos a Jesús. Esperemos pues con alegría la venida gloriosa del Hijo de Dios que nos trae la salvación y la vida eterna. 

INTRODUCCION AL EVANGELIO:

¡Velad y estad alerta! Todo adviento es la llegada de lo inesperado. Pero cuando lo inesperado es lo más importante y decisivo para los seres humanos, hay que estar alerta y vigilar. ¡Que no perdamos la oportunidad de acoger lo más necesario para seguir viviendo! El adviento es “porvenir". Es aquello, impensable que se nos concede sin trabajarlo, ni merecerlo. “Adviento” es sorpresa, es milagro. El Adviento es el tiempo que se nos da para acoger al Señor que viene a nuestro encuentro, también para verificar nuestro deseo de Dios, para mirar hacia adelante y prepararnos para el regreso de Cristo. Él regresará a nosotros en la fiesta de Navidad, cuando haremos memoria de su venida histórica en la humildad de la condición humana. Él viene dentro de nosotros cada vez que estamos dispuestos a recibirlo, y vendrá de nuevo al final de los tiempos «para juzgar a los vivos y a los muertos». Por eso debemos estar siempre alerta y esperar al Señor con la esperanza de encontrarlo.

En el Evangelio de hoy tomado de Mc 13, 33-37, primer domingo del Adviento, Jesús invita a sus discípulos a estar despiertos, alertas y atentos a la vida y a Dios. Un tiempo para la espera, de aguardar y estar a la expectativa llenos de la confianza absoluta en Dios.

Él les dice: "Tengan cuidado y estén prevenidos, porque no saben cuándo llegará el momento. Será como un hombre que se va de viaje, deja su casa al cuidado de sus servidores, asigna a cada uno su tarea, y recomienda al portero que permanezca en vela. Estén prevenidos, entonces, porque no saben cuándo llegará el dueño de casa, si al atardecer, a medianoche, al canto del gallo o por la mañana. No sea que llegue de improviso y los encuentre dormidos. Y esto que les digo a ustedes, lo digo a todos: ¡Estén prevenidos!". Mc 13, 33-37.

Jesús hablaba con sus discípulos y los notaba preocupados por el saber del día y hora en que llegaría el final de los tiempos. Pero Él les da ánimo y les cuenta una parábola para hacerles ver que ellos deben estar en vela y en atención para la llegada del dueño de la casa. 

La vigilancia es la palabra clave y constante que en los Evangelios nos la están repitiendo. No es una llamada más sino una orden del mismo Jesús para todos los que le siguen. 

Hermanos, tú y yo debemos asumir con toda responsabilidad hacer de nuestra Iglesia Católica un rostro vivo de Jesús que atrae y llama, que interpela, despierta y transforma. Este tiempo que estamos iniciando hoy (El Adviento) nos tiene que sacudir el corazón e intensificar tanto la relación con Dios como verdaderos discípulos y testigos de su amor.

Jesús nos quiere ver a todos despiertos, activos y con lucidez para vivir y brindar con fuerza su mensaje salvífico a todos los hombres. 

Señor, gracias por este tiempo del Adviento que nos ayuda a prepararnos espiritual y apostólicamente al gran acontecimiento de la Navidad. Permite que esta meditación de hoy a este tiempo que nos concedes nos ayude a descubrir los medios de perseverancia en lo que tenemos que poner más atención para despertar.

 
posted by Laureano García Muentes at 4:25 a.m. | Permalink |


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