domingo, noviembre 26, 2023

"El Señor es mi Pastor; nada me falta"...Salmo 23.

REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY

Domingo 26 de Noviembre del 2023

Hoy celebra la Iglesia la solemnidad de Jesucristo Rey del Universo o también conocida como la Fiesta de Cristo Rey celebración litúrgica que se realiza el último domingo del año Litúrgico. Fiesta instituida por el Papa Pio XI el día 11 de diciembre de 1925 a través de la Encíclica Quas Primas. En el Concilio Vaticano II el Papa Pablo VI cambia su significado llamándola: Solemnidad de Jesucristo Rey del Universo.

INTRODUCCION AL EVANGELIO:

¿Dónde encontrar en la tierra  el líder perfecto, el líder soñado? Y es que de ese buen líder esperamos que nos reúna, nos ayude a ser hombres y mujeres unidos en una gran nación, una comunidad feliz, que haga crecer en todos un espíritu común y entusiasta llenos del amor y la fraternidad: ¿Dónde encontrar una persona así?… el presidente perfecto, el papa perfecto, el obispo o párroco perfecto, el superior perfecto?  Jesús “reina” como nuestro “rey invisible”. Jesús no nos somete a base de armas violentas, sino lentamente “haciendo del amor su arma más poderosa”. El Hijo del Hombre es nuestro juez justo y misericordioso. El Hijo del Hombre se identifica con quienes sufren el hambre, la sed, la cárcel, la enfermedad, la marginación. En ellos está y por eso juzgará como Aquel que se identifica con los hambrientos, los sedientos, los enfermos, los encarcelados. ¡Misterioso rey que tiene su trono entre los últimos y olvidados!

En el Evangelio de hoy tomado de Mt 25, 31-46 se describe la enseñanza de Jesús sobre como sus seguidores deben presentarse para entrar en el Reino de Dios. Y los exhorta a la práctica de acciones de Misericordia.

Jesús les dice a sus discípulos: "Cuando el Hijo del hombre venga en su gloria rodeado de todos los ángeles, se sentará en su trono glorioso. Todas las naciones serán reunidas en su presencia, y Él separará a unos de otros, como el


pastor separa las ovejas de los cabritos, y pondrá a aquéllas a su derecha y a éstos a su izquierda. Entonces el Rey dirá a los que tenga a su derecha: “Vengan, benditos de mi Padre, y reciban en herencia el Reino que les fue preparado desde el comienzo del mundo, porque tuve hambre, y ustedes me dieron de comer; tuve sed, y me dieron de beber; era forastero, y me alojaron; estaba desnudo, y me vistieron; enfermo, y me visitaron; preso, y me vinieron a ver”. Los justos le responderán: “Señor ¿Cuándo te vimos hambriento, y te dimos de comer; sediento, y te dimos de beber? ¿Cuándo te vimos forastero, y te alojamos; desnudo, y te vestimos? ¿Cuándo te vimos enfermo o preso, y fuimos a verte?” Y el Rey les responderá: “Les aseguro que cada vez que lo hicieron con el más pequeño de mis hermanos, lo hicieron conmigo”. Luego dirá a los de su izquierda: “Aléjense de mí, malditos; vayan al fuego eterno que fue preparado para el demonio y sus ángeles, porque tuve hambre, y ustedes no me dieron de comer; tuve sed, y no me dieron de beber; era forastero, y no me alojaron; estaba desnudo, y no me vistieron; enfermo y preso, y no me visitaron”. Éstos, a su vez, le preguntarán: “Señor, ¿Cuándo te vimos hambriento o sediento, forastero o desnudo, enfermo o preso, y no te hemos socorrido?” Y Él les responderá: “Les aseguro que cada vez que no lo hicieron con el más pequeño de mis hermanos, tampoco lo hicieron conmigo”. Éstos irán al castigo eterno, y los justos a la Vida eterna".
Mt 25, 31-46.

Este Evangelio de hoy hermanos nos muestra la grandeza de la Majestad de Jesucristo y su papel en el juicio final en el cual no excluye a sus ángeles.

Él reunirá a todas las naciones en su presencia y separará a unos de otros, como el pastor separa las ovejas de los cabritos y pondrá a aquellas a su derecha y estos a su izquierda. 

Él llama ovejas a los que se salvan por la obediencia y mansedumbre que mostraron durante su vida y que se esforzaron por aprender de Él quien era manso y humilde de corazón. 

El Evangelio no sólo se refiere al final de los tiempos, sino al aquí y al de ahora de nuestra existencia, que es donde se decide nuestro futuro último. Por ello nos invita a ser misericordiosos, a que convirtamos la misericordia en nuestra pauta de acción y en nuestra matriz de actuación.

Que el Rey de la Misericordia nos diga a todos “Vengan, benditos de mi Padre y tomen posesión del Reino preparado desde la creación del mundo, porque dieron de comer al hambriento, de beber al sediento, hospedaje al forastero, vestido al desnudo, y atendieron al enfermo, y porque consolaron al triste, sostuvieron al abatido y ahuyentaron todo tipo de miedo".

Gracias Padre por regalarnos a Jesús, por darnos la oportunidad de recibirlo en nuestro corazón y saber que solo con Él, por Él y en Él somos verdaderamente libres, para amarte y ser testigos del Reino. Gracias porque hoy Reinas en el corazón de nuestra familia, descendencia. Gracias Señor!
 
posted by Laureano García Muentes at 5:11 a.m. | Permalink |


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