"Muéstranos, Señor, tu misericordia y danos tu salvación"...Salmo 84

REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY

Domingo 10 de Diciembre del 2023

INTRODUCCION:

Juan Bautista. Se encargó de preparar a la gente para acoger a Jesús por medio de un bautismo de purificación. No hablaba de sí mismo, sino del que venía detrás de él. Le preparaba el camino y un pueblo bien dispuesto. Nosotros nos preparamos para recibirle hoy con la conversión de nuestros corazones. Para preparar el camino al Señor , es necesario tener en cuenta los requisitos de conversión a la que invita el Bautista. ¿Cuáles son estos requisitos de conversión? Ante todo, estamos llamados a rellenar los barrancos causados por la frialdad y la indiferencia, abriéndonos a los demás con los mismos sentimientos de Jesús, es decir, con esa cordialidad y atención fraterna que se hace cargo de las necesidades del prójimo. Es decir, rellenar los barrancos producidos por la frialdad. Es que no se puede tener una relación de amor, de fraternidad, de caridad con el prójimo si hay “agujeros” en la vida, así también, como no se puede ir por un camino con muchos baches, ¿no? Hace falta cambiar de actitud. Y a eso estamos invitados todos en este Adviento.

Y el Evangelio de hoy tomado de Mc 1,1-8 nos presenta la figura del precursor de Jesús, Juan Bautista quien invita al arrepentimiento.

Dice el texto del Evangelio que: " Tal como está escrito en el libro del profeta Isaías: "Mira, yo envío a mi mensajero delante de ti para prepararte el camino. Una voz grita en el desierto: "Preparen el camino del Señor, allanen sus senderos". Así se presentó Juan el Bautista en el desierto, proclamando un bautismo de conversión para el perdón de los pecados. ….Y predicaba, diciendo: "Detrás de mí vendrá el que es más poderoso que yo, y yo ni siquiera soy digno de ponerme a sus pies para desatar la correa de sus sandalias. Yo los he bautizado a ustedes con agua, pero él los bautizará con el Espíritu Santo". Mc 1, 1-4, 7-8

Hermanos, Dios que nos ha llamado a participar como discípulos de su Hijo Jesús, ha depositado en nuestros corazones un mensaje de esperanza para que se lo transmitamos a mucha gente. 

Como mensajeros que somos por el bautismo estamos llamados a anunciar y con nuestras vidas que Jesús es el Salvador y en Él transformamos la vida y testimoniamos que su luz nos muestra el camino hacia esperanza de entrar a su Reino.

No podemos olvidar que estamos llamados a gritar  hoy ante una sociedad adormecida y que no podemos victimizarnos ni hablar de las injusticias, pues tenemos que hacer mucho para cambiar esos horizontes mediante la ayuda del Espíritu Santo en luchas incansables hasta el final. 

Si hermano, estamos invitados a gritar día a día a este mundo que Dios es amor y que nos cuida con amor de Padre.

No podemos olvidar que mediante la humildad podremos aprender que la vida es un construir desde la raíz. Es desde lo profundo de nuestras vidas y con la sencillez que debe caracterizar al seguidor de Jesús.