martes, diciembre 12, 2023

"Cuenten las maravillas del Señor a todas las naciones"...Salmo 96.

REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY

Martes 12 de Diciembre del 2024

Hoy celebra la Iglesia a Nuestra Señora de Guadalupe o Virgen de Guadalupe. De acuerdo a la tradición mexicana y los escritos históricos de Vaticano, La Virgen María se  apareció en cuatro ocasiones a un indígena Chichimeca de nombre Juan Diego en el cerro del Tepeyac. La Virgen le ordenó a él que se presentara al obispo de México Juan Zumárraga para que le dijera que erigiera un templo y este le llevó como prueba de sus apariciones en su ayate unas flores que cortó en el Tepeyac y cuando lo desplegó ante el obispo quedó al descubierto la imagen de la Virgen María.

Su fiesta es celebrada los 12 de diciembre de cada año y a su Basílica acuden muchos peregrinos de las diferentes regiones de México y del mundo. 

INTRODUCCION AL EVANGELIO:

Muchas son las cosas hermosas que, desde la fe, vivimos en el Adviento y en la próxima Navidad, todo radica en que María de Nazaret acogió la palabra del Señor con generosidad de creyente. Ella como mujer y madre creyente se encuentra con otra madre expectante y también creyente, Isabel, que nos lleva a pensar más en el encuentro de los dos hijos que ambas esperan. Isabel acoge a María y entre las dos el Espíritu Santo se explaya. Y miren, por boca de Isabel, Juan inicia su misión anunciando el señorío de Jesús, título que nació en la comunidad que vivió la fe en el resucitado. Isabel reconoce la bendición de Dios sobre María, que se traduce en fuente de vida y fecundidad. Por eso el Mesías esperado es el bendito, y su madre, bendita entre todas las mujeres. 

El Evangelio de hoy tomado de Lc 1, 39-45 nos narra los acontecimientos referentes a La Visitación de la Virgen María a su prima Isabel.

Dice el texto del Evangelio que: "María partió y fue sin demora a un pueblo de la montaña de Judá. Entró en la casa de Zacarías y saludó a Isabel. Apenas esta oyó el saludo de María, el niño saltó de alegría en su vientre, e Isabel, llena del Espíritu Santo, exclamó:

“¡Tú eres bendita entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo, para que la madre de mi Señor venga a visitarme? Apenas oí tu saludo, el niño saltó de alegría en mi vientre. ¡Feliz la que ha creído que se cumplirían las cosas que le fueron dichas de parte del Señor!". Lc 1, 39-45.

Como lo leemos, María sin dar vueltas entiende que el mandato que recibió de parte de Dios por intermedio del Ángel Gabriel es para compartirlo. Y fue así, que parte a prisa y sube a la montaña y anuncia a su prima Isabel la Buena Nueva de su embarazo.

Que gran ejemplo nos regala hoy este relato. Me pregunto: ¿Cuántos de nosotros podremos tener esa actitud de María de salir en la búsqueda de los que estas solos y necesitan ayuda? María llevaba consigo la alegría y la felicidad que sentía en su corazón por haber sido escogida de entre nosotros para ser la madre del Salvador. 

No olvidemos que estamos celebrando el tiempo del Adviento y estamos sintiendo el gozo de la gran noticia de la llegada de Jesús,  pero este gozo tenemos que compartirlo con todos nuestros familiares y amigos; como también, con aquellos que se sienten abandonados y solos en nuestra sociedad. 

Santa Teresita nos dice: "Un alma llena de amor no puede estar inactiva". Entonces hermanos, tomemos la iniciativa y salgamos a prisa como María a llevar esa nuestra alegría con todos aquellos que necesitan. 

¡Oh Virgen Inmaculada Madre del verdadero Dios y Madre de la Iglesia! Tú, que desde este lugar manifiestas tu clemencia y tu compasión a todos los que solicitan tu amparo; escucha la oración que con filial confianza te dirigimos, y preséntala ante tu Hijo Jesús, único Redentor nuestro. Madre de misericordia, Maestra del sacrificio escondido y silencioso, a Ti, que sales al encuentro de nosotros, los pecadores, te consagramos en este día todo nuestro ser y todo nuestro amor.

 
posted by Laureano García Muentes at 4:10 a.m. | Permalink |


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