"Bendice, alma mía, al Señor"...Salmo 102
REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY
Miércoles 13 de Diciembre del 2023
INTRODUCCION:
¿Cómo puedo hacer
realidad este evangelio en mi vida?
Miremos: cuando
nos sentimos cansamos y agobiados, en la oración no hace falta palabras. Dios
nuestro Padre sabe de sobra cómo estamos. Nos acercamos a Él, permanecemos en
silencio. Y él es para nosotros descanso y paz. También nosotros los
cristianos, seguidores de Jesús estamos llamados a ser descanso y paz para los
que se están cansados y agobiados. Siempre habríamos creído que ser
cristiano es una tarea dura y exigente. Y de alguna manera es verdad. Pero
también es cierto que el yugo de Jesús es llevadero y su carga ligera. Cualquier
otro camino, a corto o a largo plazo, nos resulta más pesado, menos fecundo,
más inútil. No nos olvidemos de abrirnos a Jesús y contarle la
vida, encomendarle personas y situaciones. Quizás hay “zonas” de nuestra vida
que nunca le hemos abierto a Él y que han permanecido oscuras, porque no han
visto nunca la luz del Señor. Cada uno de nosotros tiene la propia historia. Y
si alguien tiene esta zona oscura, buscad a Jesús.
En el Evangelio de hoy tomado de Mt 11, 28-30, Jesús hace una invitación a todos aquellos que se sienten presionados y sometidos por alguna condición especial de la vida cotidiana a cargar su yugo para así, aprender de Él su paciencia y humildad para encontrar el alivio a sus almas.
Dice el texto del Evangelio que Jesús dirigiéndose a la multitud, les dice: "Vengan a mí todos los que están afligidos y agobiados, y Yo los aliviaré. Carguen sobre ustedes mi yugo y aprendan de mí, porque soy paciente y humilde de corazón, y así encontrarán alivio. Porque mi yugo es suave y mi carga liviana" Mt 11, 28-30.
Hermanos, para ser verdaderos seguidores de Jesús es necesario tener los mismos sentimientos de Él, es decir, responder a todo lo que nos concierne en la vida con amor, paciencia y humildad.
Se requiere que miremos a nuestros hermanos con los mismos ojos de Él y aprendamos a entregarnos con amor y no con intereses personales a los demás, especialmente a los más necesitados.
Él nos pide actuar como Él actúa y recibamos a todos para transmitirles nuestra paz, nuestra sinceridad de corazón con palabras y acciones que den calor, comprensión y afecto.
Es esta pues, una gran oportunidad para experimentar de ser servidores del Reino colocando en nuestros hombros la cruz que cargó Jesús para vencer la muerte y resucitar a la vida nueva y abundante.
Demos gracias a Dios por su compañía, por sus enseñanzas, por su fuerza. Pidámosle que nos ayude a vivir de acuerdo con el Evangelio y así, cumplir con su voluntad.