"Por tu inmensa bondad, ayúdanos"...Salmo 54.

REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY

Sábado 9 de Septiembre del 2023

San Pedro Claver fue un Misionero Jesuita español que desempeñó una vasta labor evangelizadora en la ciudad colombiana de Cartagena de Indias, bautizando y adoctrinando a los esclavos que llegaban de África. Canonizado por la Iglesia en 1888 y patrón de Colombia, es llamado, tal y como él mismo se definió, El apóstol de los negros o El esclavo de los negros.

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Vivimos en un mundo donde abunda más la autosuficiencia que la disponibilidad a cumplir leyes.  Evitando siempre los extremos, sí es bueno cuestionarnos qué representa la ley, siempre necesaria, en nuestra vida de cristianos. Ahondar en el espíritu de la ley. Este evangelio de hoy nos debe ayudar a colocar las leyes en la necesaria jerarquía que deben ocupar en nuestra vida, para que Jesús nos ayude a caminar con auténtica libertad y no por normativas muertas que calman nuestras inseguridades, pero no nos llevan a Dios. “Mi yugo es llevadero y mi carga ligera… Cargad con mi yugo y aprended de mí que soy manso y humilde de corazón”, dijo el Maestro, animándonos a imitar su propia conducta, siempre libre y liberadora.

El Evangelio de hoy tomado de Lc 6, 1-5 nos habla del conflicto que existía entre Fariseos con Jesús en relación con la observancia del día sábado, día que por la religión que profesaban los judíos estaba destinado a homenajear al Señor. 

Dice el texto del Evangelio que: "Un sábado, en que Jesús atravesaba unos sembrados, sus discípulos arrancaban espigas y, frotándolas entre las manos, las comían. Algunos fariseos les dijeron: “¿Por qué ustedes hacen lo que no está permitido en sábado?” Jesús les respondió: “¿Ni siquiera han leído lo que hizo David cuando él y sus compañeros tuvieron hambre, cómo entró en la Casa de Dios y, tomando los panes de la ofrenda, que sólo pueden comer los sacerdotes, comió él y dio de comer a sus compañeros?” Después les dijo: “El Hijo del hombre es dueño del sábado”. Lc 6,1-5.

Hermanos: Es que muchos nos equivocamos cuando pensamos que cumpliendo a cabalidad las leyes o normas alcanzamos la salvación. Y miren, la salvación es un don de Dios quien nos abre el corazón para que todos sin excepción le amemos y seamos multiplicadores de ese amor a los demás. 

Y miren: Tenemos tiempo para realizar muchas cosas, pero cuando sabemos que son para poner nuestros empeños en el servicio a Dios, nos da pereza y hasta le sacamos el cuerpo. Olvidamos que lo más importante de nuestro seguimiento a Jesús es conocer cada día más la Palabra de Dios y ponerla en práctica, pues es ésta el mejor alimento para nuestra alma.

Señor, te pedimos que nos concedas vivir con fidelidad el primer mandamiento de tu Ley que nos manda amarte con todo nuestro corazón, con toda nuestra alma y con todas nuestras fuerzas.