domingo, septiembre 03, 2023

"Mi alma está sedienta de ti, Dios mío"...Salmo 63.

REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY

Domingo 3 de Septiembre del 2023

Cargar la cruz y llevarla con mansedumbre es entregar la vida para recobrarla como fruto de resurrección. Pero la resurrección no ocurrirá hasta que no hayamos enterrado nuestros criterios y renunciado a nosotros mismos.  El pensamiento de los hombres apuesta por el poder, el dominio, el triunfo, el éxito; nos asegura que la vida sólo tiene sentido si estamos del lado de los vencedores, si tenemos dinero en abundancia, si somos reconocidos y estimados por los demás. La lógica de Dios apuesta por la entrega de la vida a Dios y a los hermanos; nos asegura que la vida solo tiene sentido si asumimos los valores del Reino y vivimos en el amor, en el compartir, en el servicio, en la solidaridad, en la humildad, en la sencillez.

En el Evangelio de hoy tomado de Mt 16, 21-27 Jesús comienza a anunciar a sus discípulos que debe ir a Jerusalén donde va a sufrir el dolor, el abandono, el castigo, el rechazo, la cerrazón del pueblo que no quiere creer y reconocerlo como el Hijo de Dios. También, vemos a Pedro reprendiendo a Jesús y diciendo ante su anuncio: "Dios no lo permita, no te sucederá tal cosa". Mt 16. 22.

Dice el texto que Jesús se volvió y le dijo a Pedro: * “¡Retírate, ve detrás de mí, Satanás! Tú eres para mí un obstáculo, porque tus pensamientos no son los de Dios, sino los de los hombres”. Entonces Jesús dijo a sus discípulos: “El que quiera seguirme, que renuncie a sí mismo, que cargue con su cruz y me siga. Porque el que quiera salvar su vida, la perderá; y el que pierda su vida a causa de mí, la encontrará”*.

Jesús comienza a hablar sobre su sufrimiento y su muerte. Pedro, uno de los discípulos, reacciona fuertemente ante esta noticia y trata de disuadir a Jesús de seguir este camino. Sin embargo, Jesús les explica que debe seguir este camino porque es parte del plan de Dios y es necesario para la salvación de la humanidad.

Hermanos, está enseñanza nos invita a reflexionar sobre nuestra propia vida y nuestra fe. A menudo, podemos encontrar dificultades y sufrimientos en nuestro camino, pero es importante recordar que a través de estos desafíos, podemos crecer en nuestra relación con Dios y alcanzar nuestra salvación. Jesús nos llama a tomar nuestra cruz y seguirlo, incluso si eso significa enfrentar dificultades. Debemos confiar en que, al hacerlo, estamos siguiendo el plan de Dios para nuestras vidas y que Él nunca nos abandonará.

Señor, que hoy y siempre reconozcamos tu presencia en nuestras vidas aun en ocasiones de gran dificultad. Te pedimos que nos concedas la gracia de saber cuál es la cruz mas pesada en mi vida y asi, reconocerla y cargarla con alegría.

 
posted by Laureano García Muentes at 5:19 a.m. | Permalink |


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