"El Señor ama a su pueblo"...Salmo 149.

REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY

Lunes 28 de Agosto del 2023

Los Fariseos a través de sus doctrinas, de su interpretación de la ley y de sus prácticas religiosas, habían dejado sin efecto los mandamientos de Dios. Queriendo acercarse a Él, se habían alejado. Era más importante el diezmo que atender a los mas necesitados. Eran “ciegos”. Jesús les denuncia porque se supone que tendrían que ver más claramente sobre las cosas de Dios por manejar la Ley de Moisés, pero están ciegos por su error. Hermanos, Jesús al denunciarlos, está señalándonos también a nosotros el cuidado que debemos tener con los preceptos de nuestra Iglesia, indispensables para seguirle. Abramos los ojos y actuemos con discernimiento, para no dejarnos engañar por cualquiera que quiera presentarse como guía o maestro.

Él con firme autoridad, les dice: " ¡Ay de ustedes, escribas y fariseos hipócritas, que cierran a los hombres el Reino de los Cielos! Ni entran ustedes, ni dejan entrar a los que quisieran. ¡Ay de ustedes, escribas y fariseos hipócritas, que recorren mar y tierra para conseguir un prosélito, y cuando lo han conseguido lo hacen dos veces más digno del infierno que ustedes! ¡Ay de ustedes, guías ciegos, que dicen: “Si se jura por el santuario, el juramento no vale; pero si se jura por el oro del santuario, entonces sí que vale”. ¡Insensatos y ciegos! ¿Qué es más importante: el oro o el santuario que hace sagrado el oro? Ustedes dicen también: “Si se jura por el altar, el juramento no vale, pero vale si se jura por la ofrenda que está sobre el altar”. ¡Ciegos! ¿Qué es más importante, la ofrenda o el altar que hace sagrada esa ofrenda? Ahora bien, jurar por el altar, es jurar por él y por todo lo que está sobre él. Jurar por el santuario, es jurar por él y por Aquel que lo habita. Jurar por el cielo, es jurar por el trono de Dios y por Aquel que está sentado en él". Mt 23, 13-20.

Jesús los califica de "Ciegos" porque quien más que ellos, intérpretes conocedores de la ley deberían ver más claramente las cosas de Dios.

Él es claridoso para decir las cosas; de esa misma manera deberíamos ser nosotros frente a las hipocresías, porque esas actitudes de fingir no tiene una sola cabida en el Reino de Dios. Hoy nos pide ser coherentes y al mismo tiempo actuar con humildad y sencillez, siempre, de manera honesta y en defensa de la verdad.

Cumplamos pues nuestras obligaciones de vida como seguidores del Salvador tal como nos la a encargado, actuando coherentemente y no, con oídos sordos sino como verdaderas luces que dan testimonio y ejemplos de vida. 

Espíritu de santidad, ven y renueva nuestros corazones. Ven, Espíritu de amor y de paz enséñanos a ser auténticos y coherentes con nuestra fe para llegar a ser benevolentes, llenos siempre de amor y comprensión con todos.