"Señor, el rey se alegra por tu fuerza"...Salmo 21.
REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY
Miércoles 23 de Agosto del 2023
Muchas veces nos dejamos confundir por la manera en que la sociedad nos presenta el éxito en la vida. Pero es verdad que también todos nosotros habremos experimentado que los éxitos no siempre nos colman de alegría o felicidad. De hecho en la práctica, según las categorías del mundo, hay mucha gente exitosa que no es feliz para nada, y otros que sin serlo, irradian plenitud. Porque en realidad el éxito no es igual a lo que nos enseñan. El éxito en el Reino es la alegría de estar con el Señor, de aceptarlo, de querer pasar tiempo junto a el, y de servir al hermano necesitado. Lo importante en la vida no está en el lugar que uno ocupe en la tierra, sino en la forma en que se realice la voluntad del Creador.
En
el Evangelio de hoy tomado de Mt 20, 1-16 Con esta parábola Jesús quiere
enseñarles a sus discípulos como es el Reino de los Cielos, y comparándolo con
los jornaleros que van a trabajar en la viña de un rico hacendado, les
dice: "El Reino de los Cielos se parece a un propietario que al
amanecer salió a contratar jornaleros para su viña. Después de ajustarse con
ellos en un denario por jornada, los mandó a la viña. Salió otra vez a media
mañana, vio a otros que estaban en la plaza sin trabajo, y les dijo: Id también
vosotros a mi viña y os pagaré lo debido. Ellos fueron. Salió de nuevo hacia
mediodía y a media tarde e hizo lo mismo. Salió al caer la tarde y encontró a
otros, parados, y les dijo: ¿Cómo es que estáis aquí el día entero sin
trabajar? Le respondieron: Nadie nos ha contratado. Él les dijo: Id también
vosotros a mi viña. Cuando oscureció, el dueño dijo al capataz: Llama a los
jornaleros y págales el jornal, empezando por los últimos y acabando por los
primeros. Vinieron los del atardecer y recibieron un denario cada uno. Cuando
llegaron los primeros, pensaban que recibirían más, pero ellos también
recibieron un denario cada uno. Entonces se pusieron a protestar contra el amo:
Estos últimos han trabajado sólo una hora y los has tratado igual que a
nosotros, que hemos aguantado el peso del día y el bochorno". Mt
20, 1-12.
Como
lo leemos en el texto, el hacendado manda al administrador que llame a los
viñadores al final de la jornada de trabajo y les de su salario. Aquí, es donde
ocurren las desavenencias y los reclamos: Aquellos que habían ido a trabajar en
las primeras horas y que se habían esforzado más con el trabajo murmuraban en
contra del dueño porque había igualado a todos en el pago. Entonces el
hacendado les hizo ver que como dueño estaba siendo justo, pues él hacía con su
bien y con el pago de acuerdo a lo convenido.
Miremos
algo importante: Con ello, Jesús quiere enseñar a sus discípulos la importancia
de la justicia y la gratuidad de Dios.
Y
es que a veces nos cuesta aceptar que Dios no nos recompensa según nuestros
méritos sino que recompensa con algo que va más allá de lo que merecemos por
nuestras debilidades. Por ello hermanos, tenemos que aprender a ser generosos y
no caer en los sentimientos egoístas y del orgullo y nos decidamos a aprender a
valorar el trabajo de los demás.
Entonces
hermanos es muy importante que tú y yo nos preguntemos muy sinceramente: ¿De
verdad estamos empeñados en realizar la labor que debemos hacer o solamente vivimos
preocupados por lo que reciben y tienen las otras personas que están viviendo
junto a nosotros? ¿Siento envidia hacia los demás?
Señor, que diferente es tu justicia a la del mundo. Mezquinamente buscamos las recompensas de lo que hacemos por el bien de los demás olvidando que eso que creo que es extraordinario, es simplemente nuestra obligación. Tú eres infinitamente misericordioso y nos colmas con la gratuidad de tus dones. Danos lo único que necesitamos para vencer el miedo, la rutina y los cálculos egoístas.