jueves, agosto 17, 2023

"¡Aleluya!" Salmo 114

REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY

Jueves 17 de Agosto del 2023

La parábola que hace hoy referencia el Evangelio, nos hace volver la mirada hacia la misericordia de Dios. Él, que es pura santidad, perdona infinitamente, y nos da la oportunidad de volver a empezar. Al abandonarnos en su gracia, seremos capaces entonces de perdonar las ofensas que nos haga el prójimo. Ahora bien, perdonar es cuestión toda la vida, especialmente perdonar como Jesús nos enseña, perdonar por amor. Pero “de toda la vida” no significa que haya que conformarse con lo que somos ahora porque “ya iremos mejorando”; no es cuestión de vivir tranquilos pensando que “ya llegará el momento”. De toda la vida significa también desde el comienzo de la vida; es decir, que el mandato es que perdonemos ya desde ahora, desde hoy mismo, a todos y para siempre. Recordemos que ello lo logramos siempre con la ayuda de Dios.

El Evangelio de hoy tomado de Mt 18, 21. 19,1, Jesús ante la pregunta que le hace Pedro a cerca de cuantas veces tenía que perdonar al hermano, Él le hace ver a él como también a sus discípulos, que hay que perdonar siempre y que ese perdón no es cuestión de cantidad sino de calidad porque es un acto de voluntad que requiere su tiempo. Jesús le contestó: "No te digo hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete". Y les propuso esta parábola: "Se parece el Reino de los Cielos a un rey que quiso ajustar las cuentas con sus empleados. Al empezar a ajustarlas, le presentaron uno que debía diez mil talentos. Como no tenía con qué pagar, el señor mandó que lo vendieran a él con su mujer y sus hijos y todas sus posesiones, y que pagara así. El empleado, arrojándose a sus pies, le suplicaba diciendo: Ten paciencia conmigo y te lo pagaré todo. El señor tuvo lástima de aquel empleado y lo dejó marchar, perdonándole la deuda. Pero al salir, el empleado aquel encontró a uno de sus compañeros que le debía cien denarios, y, agarrándolo, lo estrangulaba diciendo: Págame lo que me debes. El compañero, arrojándose a sus pies, le rogaba diciendo: Ten paciencia conmigo y te lo pagaré. Pero él se negó y fue y lo metió en la cárcel hasta que pagara lo que debía. Sus compañeros, al ver lo ocurrido, quedaron consternados y fueron a contarle a su señor todo lo sucedido." Mt 18, 21.

Jesús nos quiere decir que el perdón al hermano ha de ser de corazón, porque el perdón es una gracia muy especial que solo Dios la puede conceder si se la pedimos con plena sinceridad.

"Estamos llamados a perdonar siempre" así, nos exhortó el Papa Francisco en el rezo del Ángelus. Y con esas palabras nos advirtió: "¡Cuánto sufrimiento, cuántas divisiones, cuántas guerras podrían evitarse, si el perdón y la misericordia fueran el estilo de nuestra vida" y añadió también: "¡Cuantas familias desnudas que no saben perdonarse, cuantos hermanos y hermanas que tienen este rencor por dentro!". Y explicó que se hace necesario aplicar el amor misericordioso en todas las relaciones humanas, es decir, entre esposos, entre padres e hijos, dentro de las comunidades, en la iglesia, en la sociedad y la política".

Por tanto hermanos, es necesario que tu y yo tengamos siempre presente que Jesús siempre está dispuesto a perdonar y tiene compasión de nosotros y nos quiere siempre abiertos valientemente al poder del perdón. Él necesita testigos que anuncien con firmeza su Evangelio y contagien con su vida a otros de la humildad y la paz que anida en su corazón; y que vivan perdonando a sus hermanos.

Señor, haz que nuestros corazones sean semejantes al tuyo para así, amar y perdonar a los demás como tu lo deseas y como los amas Tú. 

 
posted by Laureano García Muentes at 4:44 a.m. | Permalink |


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