domingo, septiembre 10, 2023

"Ojalá escuchen hoy la voz del Señor"...Salmo 95

REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY

Domingo 10 de Septiembre del 2023.

Este mundo no es perfecto. Hay mucha injusticia por ahí, y parece que el mal tiene las riendas del mundo. Los “malos” viven bien, y los “buenos” no dejan de sufrir. Es verdad que hay muchas buenas cosas que pasan y no salen en los periódicos, porque no venden tanto como las malas cosas. Pero el mal hace mucho ruido, y, en ocasiones, aturde. Como creyentes, tenemos que intentar ver la vida de otra manera. Primero, no conformarnos con lo que hay. Es que todos somos solidarios, no podemos decir que los problemas de los demás no son mis problemas, ni que los pecados de los demás no me afectan.  Cada uno de mis hermanos es también mi responsabilidad. Por eso no podemos dejar que otros vivan equivocados. Jesús da el modelo para corregir a los que fallan. Aquellos que, siendo de los nuestros, se han apartado del camino. La corrección fraterna nunca es fácil. Hay que encontrar la forma de conjugar el amor fraterno con la sensibilidad necesaria para ayudar sin ofender. Darse el tiempo suficiente, apoyados en la Palabra de Dios, para dar un empujón al hermano en la dirección adecuada.

En el Evangelio de hoy tomado de Mt 18, 15-20, Jesús instruye a sus discípulos sobre las formas de proceder para abordar las situaciones de ofensas que se sufren o son provocadas; y como con ellas, caminar hacia la verdadera reconciliación. Y les dice: "Si tu hermano peca, ve y corrígelo en privado. Si te escucha, habrás ganado a tu hermano. Si no te escucha, busca una o dos personas más, para que el asunto se decida por la declaración de dos o tres testigos. Si se niega a hacerles caso, dilo a la comunidad. Y si tampoco quiere escuchar a la comunidad, considéralo como pagano o publicano. Les aseguro que todo lo que ustedes aten en la tierra, quedará atado en el cielo, y lo que desaten en la tierra, quedará desatado en el cielo." Mt 18, 15-18.

Jesús les está enseñando a sus discípulos un modo de proceder muy importante: invitar al hermano que ofende a un lugar donde se encuentren los dos a solas, es decir, donde existan espacios para la intimidad para dar posibilidad a la escucha y el diálogo; y así, encontrar la transformación necesaria para que exista la reconciliación.

El pide que para hacer visible la corrección fraterna es necesario ser humildes y valientes, y estar movidos por la caridad y el amor.

Hermanos, este Evangelio es muy claro y nos brinda las pautas para buscar a toda costa la corrección fraterna sin temor de corregir las faltas aunque nos duela, pero que en medio del dolor, se descubra que todo lo que se hace es por el amor que se siente como hermanos. 

No olvidemos que Jesús nos prepara el corazón para ser dóciles; y eso se logra mediante el encuentro personal con Él y en una oración sincera que salga de adentro de nuestro corazón.

Señor, este día seguramente estará lleno de desafíos y de muchas actividades como también de oportunidades para perdonar y buscar la reconciliación con nuestros hermanos: con tu gracia lo podremos vivir plenamente. Ilumínanos con tu Espíritu Santo.

 
posted by Laureano García Muentes at 5:05 a.m. | Permalink |


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