"El Señor es bueno con todas sus criaturas"...Salmo 145
REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY
Miércoles 13 de Septiembre del 2023
El mundo nuevo que Jesús no sólo insinúa, sino que instituye, lo
llama: El Reino de su Padre, el Reino de Dios; y su cualidad especial es la predilección por
los oprimidos, los enfermos, los que humanamente no cuentan. Su insistencia es que quienes le sigan consideren ante todo a aquellos, que por sus condiciones de vida, son hoy rechazados por la sociedad. El nos insinúa que los que quieran formar parte de ese Reino, sean transparentes, coherentes, auténticos,
sencillos, compasivos y misericordiosos. Realmente, este Reino es la Buena
Noticia, la mejor Noticia, anunciada por Jesús, y, a su muerte, nos la a encomendado a
nosotros, sus seguidores.
En
el Evangelio de hoy tomado de Lc 6, 20-26 podemos apreciar que Jesús una vez
que realizaba la escogencia de las personas que le acompañarían en su Misión
salvífica (Los discípulos), baja a la llanura y se encuentra con la gente que
le seguía; y mirándolos fijamente les manifiesta a sus discípulos el proyecto
de Dios para todos: Las bienaventuranzas. Y les decía: "¡Felices
ustedes, los pobres, porque el Reino de Dios les pertenece! ¡Felices ustedes,
los que ahora tienen hambre, porque serán saciados! ¡Felices ustedes, los que
ahora lloran, porque reirán! ¡Felices ustedes, cuando los hombres los odien,
los excluyan, los insulten y proscriban el nombre de ustedes, considerando os
infames a causa del Hijo del hombre! ¡Alégrense y llénense de gozo en ese día,
porque la recompensa de ustedes será grande en el cielo!" Lc
6, 20-23.
Como
lo leemos en el Evangelio, Jesús invita tanto a sus discípulos como a quienes
le seguimos a buscar siempre las recompensas eternas que Dios nos ha preparado.
Pero nos advierte que ellas se logran a través de la humildad, la compasión, la
misericordia y la pureza de corazón. Él también nos alerta sobre las
consecuencias de no seguir sus enseñanzas, pues los que se dejan llevar por el
orgullo, la avaricia, la arrogancia y la vanidad, no podrán entrar a disfrutar
del Reino de los Cielos.
Hermanos,
tu y yo hoy estamos invitados a reflexionar sobre nuestros comportamientos
diarios y a que nos preguntemos: ¿Cómo estamos realizando nuestra acciones
hacia los demás especialmente hacia los más necesitados? ¿Estamos siendo
compasivos y misericordiosos o nos dejamos llevar por el egoísmo y la búsqueda constante
de riquezas y del poder?
Seamos
conscientes de nuestra responsabilidad asumida como seguidores del Salvador y
busquemos siempre la ayuda del Espíritu Santo para servir a nuestros hermanos
con humildad y amor, para así, brindarles la acogida y la misericordia que el
mismo Jesús nos ha enseñado.
Señor, Que nuestra cercanía y apoyo a las personas que sufren, les haga experimentar y sentir tu amor, para que conociéndote te sigan.