"Delante de los ángeles tañeré para ti, Señor"...Salmo 138.
Hoy
celebra la Iglesia la fiesta de los Santos Arcángeles Miguel, Rafael y
Gabriel. Un reconocimiento a su papel en la historia de la salvación
llevando misiones muy importantes encomendadas por Dios. Estos tres Arcángeles
en las Sagradas Escrituras son seres espirituales considerados príncipes de la
corte celestial y son además mensajeros de Dios.
El
Señor tiene la capacidad de encender el fuego de la fe en nuestros corazones.
Basta un encuentro con Él para derribar todos los muros y barreras que hemos
ido tejiendo con el tiempo y encontrarnos cara a cara con Él. Así lo anuncio El
a Natanael: "Verán cosas más grandes todavía". Y agregó: "Les
aseguro que verán el cielo abierto, y a los ángeles de Dios subir y bajar sobre
el Hijo del hombre". Jesús constituye la respuesta a todas nuestras
interrogantes y ha usa siempre a sus ángeles para comunicarnos su Voluntad. Los
ángeles le preceden y son estos seres sobrenaturales que hacen lo que Dios les
manda. Ellos son sus emisarios.
En el Evangelio de hoy tomado de Jn 1, 47-51 nos narra cómo sucedió el encuentro de Jesús con Natanael (Bartolomé). Así lo narra el texto: "Al ver llegar a Natanael, Jesús dijo: “Éste es un verdadero israelita, un hombre sin doblez”. “¿De dónde me conoces?”, le preguntó Natanael. Jesús le respondió: “Yo te vi antes que Felipe te llamara, cuando estabas debajo de la higuera”. Natanael le respondió:
“Maestro, Tú eres el Hijo de Dios, Tú eres el Rey de
Israel”. Jesús
continuó: “Porque te dije: «Te vi debajo de la higuera”, crees.
Verás cosas más grandes todavía”. Y agregó: “Les
aseguro que verán el cielo abierto y a los ángeles de Dios subir y bajar sobre
el Hijo del hombre”. Jn 1, 47-51.
Hoy
cuando celebramos el día de los Santos Arcángeles Miguel, Gabriel y Rafael,
vemos como Jesús celebra con gozo el encuentro con Natanael amigo de Felipe; en
él, Jesús reconoce a un hombre transparente, que no oculta nada, un hombre sin
doble vida, un hombre coherente y de una sola pieza. Y miren, esas mismas
características poseen los ángeles. Ellos son criaturas de Dios.
Como
lo podemos ver en este Evangelio, Jesús regala a quienes se animan a salir
a su encuentro, una promesa: "Verán cosas más grandes
todavía". Porque quienes toman esa decisión firme pueden
estar seguros que verán cosas nuevas y un cielo abierto.
Hermanos,
hoy Jesús quiere que tú y yo le dejemos llegar a nuestros corazones de una
manera íntima y así ayudarnos a transformar nuestras vidas y seamos
hombres sin doblez.
Contemplemos
la presencia de Dios en nuestras vidas y de manera personal y sincera.
Preguntémonos: ¿Estamos siendo reflejo de su presencia entre los hombres?
Señor, danos la fe para creer en lo que Jesucristo nos ha revelado, no en lo que estamos dispuestos a aceptar o lo que consideramos creíble sino creyendo sin condiciones y haciendo siempre tu voluntad.