lunes, julio 10, 2023
*Dios mío, confío en ti"*…Salmo 91

REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY 

Lunes 10 de julio del 2023.

Jesús sigue haciendo milagros. Cada hora, cada minuto, cada segundo realiza a lo largo de toda la humanidad el milagro de adentrase en el corazón, en la vida de todos sus seguidores, cumpliendo su promesa: “Yo estaré siempre con vosotros hasta la consumación de los siglos… no os dejaré huérfanos”. Justamente Jesús en  la eucaristía nos  regala su presencia simbólica pero real: Aquí tenéis, “mi cuerpo entregado, mi sangre derramada”. “El que come mi cuerpo y bebe si sangre está en mí y yo él”. El mucho amor que nos tiene le lleva a realizar el milagro de regalarnos su continua amistosa presencia.

El Evangelio de hoy tomado de Mt 9, 18-26, nos relata dos milagros realizados por Jesús que van entrelazados y unidos por un común denominador: El poder de la Fe.

Dice el texto que mientras Jesús explicaba a la gente, un alto jefe judío y se postró ante Él y le dijo: "Mi hija acaba de morir, pero ven tú a imponerle las manos y vivirá". Jesús se levantó y le siguió junto con sus discípulos. En esto, una mujer que padecía flujo de sangre desde hacía doce años se acercó por detrás y tocó la orla de su manto. Pues se decía para sí: "Con sólo tocar su manto, me salvaré". Jesús se volvió, y al verla le dijo: "¡Animo!, hija, tu fe te ha salvado". Y se curó la mujer desde aquel momento". Mt 9, 18-21.

Como lo podemos percibir en el texto del Evangelio, Jesús se hace sensible a nuestras necesidades y sufrimientos. La mujer enferma, con su gran fe, acude a Jesús en busca de sanación y encuentra consuelo y alivio. 

Jesús no rechaza ni menosprecia a aquellos que acuden a Él con sinceridad y humildad, sino que los acoge con amor y misericordia. Él tiene poder sobre la muerte y así lo ha demostrado en todos sus actos de curaciones. Su presencia y su palabra pueden vencer cualquier obstáculo, incluso el más doloroso y desesperanzador. Él es capaz de traer vida, restaurar la esperanza y conceder una nueva oportunidad.

Hermanos este Evangelio nos invita a reflexionar sobre cómo vivimos nuestra fe en Jesús. Quisiera que nos preguntémonos: ¿Confiamos plenamente en Él, poniendo todas nuestras preocupaciones y necesidades en sus manos? ¿Acudimos a Él en tiempos de dificultad, sabiendo que su amor y poder nos pueden sanar y transformar? 
Este Evangelio nos inspira a creer solamente en Jesús y a buscar su presencia en nuestra vida diaria.

Señor, restaura nuestras mentes y corazones,  sabemos que no somos dignos de que entres en nuestros corazones, pero una sola palabra tuya bastará para curarnos. 
 
posted by Laureano García Muentes at 4:04 a.m. | Permalink |


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