sábado, julio 08, 2023

"Alabemos al Señor porque es bueno "...Salmo 13.

REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY

Sábado 8 de Julio del 2023

Hoy el Evangelio nos habla de lo nuevo y de lo viejo. Y apropósito de las prácticas de ayuno se habla de los discípulos de Juan Bautista y de los fariseos, que practicaban ayunos por propia iniciativa para apresurar con su piedad la venida del Reino; Jesús en cambio, nos trae una nueva realidad y el comportamiento de sus discípulos resulta escandaloso para los otros. Para Jesús, el ayuno que practicaban sus contemporáneos era una tradición que pertenecía al ámbito de “lo viejo” y que no encajaba en la novedad del Reino. Cuando las prácticas piadosas son un parche, siempre hay tensión en el entorno, como entre un paño viejo y uno nuevo. El Reino de Dios no se sostiene con parches, sino que requiere conversión total del corazón.

En el Evangelio de hoy tomado de Mt 9, 14-17, Jesús presenta un nuevo modelo a seguir para quienes están dispuestos a seguirle: *Tener una firme conversión de corazón*. Y ello lo hace frente a los discípulos de Juan Bautista quienes estaban preocupados sobre la llegada de los nuevos tiempos. Ellos le preguntaron: *“¿Por qué tus discípulos no ayunan, como lo hacemos nosotros y los fariseos?”* Jesús les respondió: *“¿Acaso los amigos del esposo pueden estar tristes mientras el esposo está con ellos? Llegará el momento en que el esposo les será quitado, y entonces ayunarán. Nadie usa un pedazo de género nuevo para remendar un vestido viejo, porque el pedazo añadido tira del vestido y la rotura se hace más grande. Tampoco se pone vino nuevo en odres viejos, porque los odres revientan, el vino se derrama y los odres se pierden. ¡No, el vino nuevo se pone en odres nuevos, y así ambos se conservan!”* Mt 9,14-17.

Y es que con la llegada de Jesús se abrió un tiempo nuevo y diferente, donde lo viejo que llevamos en el corazón, no puede existir.

En la época de Jesús, el ayuno era una costumbre para todas las creencias y religiones. Él propone un cambio de actitud radical y les deja en libertad para actuar. Y utiliza dos ejemplos muy significativos y prácticos entre ellos: Los odres y el vestido para dejar bien claro la incompatibilidad entre lo antiguo y lo nuevo.

Con Jesús, vino nuevo, se pone fin a las formas tradicionales de las prácticas religiosas y abre a los hombres el tiempo de la alegría y la fecundidad de la buena semilla en los terrenos preparados y fértiles. 

Hermanos,  Jesús ha venido a traernos vida nueva y de gracia, y para lograrla requiere que tú y yo nos hagamos hombres nuevos con una nueva mentalidad, con nuevos criterios y una nueva escala de valores para mirar de otra manera el mundo. Por tanto debemos ser vinos nuevos que se echan en odres nuevos. 

Señor, danos la gracia de caminar por la senda de una fe viva, operante y luminosa que nos permita iluminar todos los acontecimientos de nuestras vidas con tu luz, y nos ayude a ser fieles y perseverante en nuestros propósito de acompañarte en la cruz con amor y generosidad.

 
posted by Laureano García Muentes at 4:50 a.m. | Permalink |


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